Los problemas mentales pueden ser jodidos, y más en una época en la que la ansiedad y la depresión se multiplican cada vez más. Esto afecta a los bloqueos de escritor muchísimo. Una mente no puede ser creativa si vive permanentemente en alerta, bloqueada, que seguramente es lo que le está pasando a Rothfuss.
Fuera de eso, que te donen la ostia de pasta para tu fundación, prometas un capítulo a cambio y no lo enseñes es de cabrón. Con el dinero no se juega y coño, es un puto capítulo que en teoría deberías tener escrito. ¿O es que lleva desde 2014, cuando se pronunció su editora, sin escribir absolutamente nada? En ese caso, apaga y vámonos. Aunque en teoría tiene más de 60 versiones de Las Puertas de Piedra y solo quedaría revisar...
Es muy raro todo esto.
Por otro lado, a mí me parecen unos libros sensacionales. Partiendo de la base de que Kvothe puede parecer un gary stu, tenemos que darnos cuenta de que lo que leemos es la historia que él está contando. Él como personaje es consciente de eso y lo adorna: como lector tienes que darte cuenta del recurso de narrador poco fiable y dudar de lo que te cuenta.
Por ejemplo, en un momento Kote habla maravillas de Denna, que si era la mujer más bella que ha visto, bla bla bla y Bast en ese momento le interrumpe diciéndole que no se flipe, que no era para tanto y que se acercaba más a ser fea que guapa.
A eso se le añade una prosa cuidada que se adapta perfectamente al mundo que nos presenta y es como leer una fábula.
Por último, me gustaría decir que el compromiso autor - lector para mí es, no sé, del 30 - 70 %, por decir algo. Los fans le dieron al autor el éxito comprando y leyendo sus obras pero el autor ha sido quien más ha invertido: tiempo, trabajo, creación, revisión... Un lector se lee un libro en una semana pero el autor puede estar años preparando algo que se devora en 3 ó 4 sesiones de lectura. Aparte, es SU obra, y el arte no se puede exigir. El arte es lo que es. Otra cosa es que nos joda que pueda quedar inconclusa, pero creo que nadie puede exigir nada a un autor o al menos no tratarlo como su esclavo personal y más cuando hay problemas mentales de por medio.