Sunshine, entre su ambientación repetitiva, sus fallos de diseño y la absurdez de las monedas azules hace que sea el peor con bastante diferencia.
Mario Odyssey ofrece una jugabilidad exquisita, mucha variedad de ambientaciones y mecánicas gracias a las transformaciones, y un desarrollo fluido, con mundos que no difieren de los de anteriores en diseño pero que te permite encadenar lunas de una a otra de manera constante, prácticamente sin darte un respiro y sin romper el ritmo teniendo que entrar y salir para cada luna como hacen Mario 64 y Sunshine. Solo añadiría más jefes en lugar de repetir algunos.