Es sorpendente el paralelismo que se puede hacer entre Xavi en el Barça y Pablo Iglesias con Podemos.
Nuestro querido coletas llegó a nosotros lleno de proclamas, eslóganes, prometiendo que harían las cosas diferente porque ellos eran diferentes, mejores. Una nueva política dedicada exclusivamente a la gente porque lo que importa es la gente y no llenarse los bolsillos.
Xavi llegó al FCB lleno de proclamas y frases hechas, prometiendo que haría un fútbol diferente al resto porque los blaugrana son diferentes, mejores, especialmente los catalanes. La excelencia del fútbol donde lo que importa es como se juega y no ganar a toda costa.
Cuando a Podemos le fue bien tuvimos que aguantar a Pablo sacando pecho, creyéndose el rey del mundo mientras enchufaba a su querida en un ministerio. Ellos eran los buenos y los demás un atajo de corruptos y trasnochados.
Cuando a Xavi le ha ido bien le hemos visto sacando pecho, creyéndose el nuevo Guardiola mientras tiene enchufado a su hermano en el staff. Ellos son los buenos, los que juegan al fútbol y los demás como Bordalás o Simeone solo corren y pegan patadas.
Pero cuando le fue mal a Pablemos, en lugar de hacer autocrítica empezó con su colección de excusas (que si Inda, que si las cloacas del Estado, que si el IBEX35, que si los poderes fácticos). De la misma manera, cuando al pelopincho de Tarrasa le fue mal también empezo con las excusas ( que si el cesped, que si el juego del equipo contrario, que si la mala suerte, que si el VAR, que si están en construcción, que si el sol...), todo por no admitir que era incapaz de hacer que su equipo jugara como el prometió.
Y no, los problemas de Podemos no eran ni Bescansa ni Errejón, como tampoco eran ni Piqué ni Alba en el Barça. Largarlos no sirvió de nada.
Porque aquí estaba el tema de "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago" donde Podemos luchaba encarnizadamente contra el capitalismo y la casta a base de sueldazos del erario público y chalets con piscina, así Xavi nos repetía que lo importante era jugar bien mientras los culé, esos seres especiales, iban en manadas con una sonrisa de oreja a oreja a celebrar la liga del unocerismo pidiendo la hora la mitad de los partidos.
Y al final Iglesias, viendo el desastre que se avecinaba se fue antes de que lo echaran. Y al final Xavi viendo el desastre que ya tiene encima dice que se va, antes de que lo echen.
Porque al final lo que quieren los culés es lo mismo que los aficionados del resto de equipos: GANAR. Si es jugando bien, mejor, pero ganar.
Solo espero que esta cura de humildad le sirva a Xavi en su próximo equipo, porque ya se habrá dado cuenta que no es especial, que incluso este Barça mediocre le queda grande, y que si sacas mucho pechito creyéndote superior luego viene la realidad y te hunde el pecho.