Políticos buenos ha habido en todos los partidos, y creo que a veces, yo el primero, pecamos de trazo grueso. Y desde la distancia es fácil tirar la piedra, yo el primero. Dicho esto, la política tiene un gran problema y es que las habilidades útiles para medrar en ella no lo son necesariamente para gestionar. ¿Qué es mejor? ¿Un político soso que lleve bien las cuentas o uno ocurrente, pero maniroto o que no entienda lo que hace? ¿Quién crees que va a prosperar? ¿El primero o el segundo?
Egoistamente nos convendría el primero, pero mucho de lo bueno que pueda hacer no se nota. Se notan los problemas, las soluciones menos, y menos aún cuando hablamos de cosas literalmente subterraneas. Si un político arregla las cañerías de su ciudad y se reducen las fugas, ha mejorado mucho las cosas, pero la mayoría no lo va a notar. A lo mejor lo nota el agricultor que tiene más agua de riego al haber más agua que distribuir, o lo nota el ecologista super vigilante que ve como puede aumentar el caudal en ciertas zonas en beneficio de la conservación de la zona (por ejemplo, el delta del Ebro para que se forme necesita arrastrar sedimentos, así que liberar más agua le beneficia). Pero son una minoría los que lo van a notar. Enn cambio, construir el super mega ultra estadio lo nota mucha más gente (sobre todo el que cobra por construirlo).
La sanidad se nota cuando va mal. Lógicamente, si después de una caída, alguien la mejora, se notará la mejora. Pero es fácil luego caer otra vez en el olvido y mientras vaya aguanando no darle importancia y saí se van acumulando los problemas hasta que explotan.
El estilo político que cultivamos tampoco ayuda. Se habla mucho del dinero que se gana en política y se gana dinero, pero un buen profesional puede ganar un buen sueldo y preferir no pasar por el calvario medíatico de la política. Al final como suele decirse eso favorece que vengan o los más ideologizados o los que no tienen nada mejor fuera. Siempre entra alguien competente y con vocación, pero que dure en esa jungla ya es mucho pedir.
Vemos que las cosas que llevan a ascender en un partido no sirven de nada para la gestión o son hasta contraproducentes.
Etc etc.