Es una respuesta bastante simple para mí: Fantasian. Sus jefes son una auténtica oda a la imaginación e inspiración de mecánicas, claramente una de las grandes razones por las que me gusta tanto y se ha convertido en uno de mis juegos preferidos de siempre. He jugado otros muy destacados también como todos los Souls o algunos momentos de algún KH. Pero este es una decisión fácil porque es tan o incluso más brillante que aquellos pero dentro de lo que es mi sistema predilecto como son los turnos y dentro de ese sistema no tiene rival (ni SMT ni SaGa, que son los que más de cerca lo siguen).
Generalmente una batalla de jefe puede diseñarse en base a: patrones (requiere que el jugador estudie, aprenda y responda al repertorio de movimientos del enemigo), la preparación previa (entendemos a esa necesidad de crear una serie de builds, elegir habilidades distintas o equipar diferentes accesorios que anulen en parte las habilidades especiales del jefe y exploten sus debilidades) y puzzle (un puzle en si mismo que hay que resolver para poder vencerlo; puede ser desde algo tan simple como descubrir su debilidad elemental o desde algo más elaborado como a que parte del cuerpo tengo que vencer primero para anular alguno de sus ataques más peligrosos). La mayoría de las veces un juego para diseñar sus batallas de jefes se apoya en una sola de estas tres, solo una minoría sabe combinar de manera eficiente los tres elementos para ofrecer una experiencia más compleja y satisfactoria. Y Fantasian es uno de esos.
Muchos de sus jefes requieren de estrategias muy específicas usando combinaciones de personajes únicas (puedes ir intercambiando personajes en plena batalla), dando pie a mucha coordinación entre personajes y ahondando muchísimo en ese diseño de aprender patrones a la par que también a hacer micro-gestiones fuera del combate que equilibren la balanza a tu favor. Y si bien es muy divertido descubrir cómo quiere el juego que enfrentes a un jefe, con solo eso no alcanza, debes hacer una ejecución precisa.
A lo largo de sus 70 jefes (una cantidad obscena para un JRPG) cada uno de los trucos o “puzzles” de los jefes es único, pero muchos de ellos tienen en cuenta el tiempo/turnos, el posicionamiento y la trayectoria de tus ataques. Uno de los elementos básicos del sistema de batalla de Fantasian es que, si bien los ataques cuerpo a cuerpo se realizan en línea recta, la magia puede curvarse, lo que te ofrece la posibilidad de evitar grupos de enemigos. Si bien algunos ataques cuerpo a cuerpo pueden perforar, otros tipos de enemigos pueden bloquear los ataques perforantes para que no los atraviesen. Ciertos jefes incluso emplearán mecánicas que bloquearán los ataques a menos que estén dirigidos y sincronizados correctamente. Un jefe opcional memorable requiere que hagas uso de la habilidad de cierto personaje para aspirar mobs en un lugar que tu establezcas en el escenario de batalla, para que puedas atacar al jefe sin chocar con sus amigos explosivos. Si atacas a los mobs todo tu equipo sufrirá un montón de daño. Otro jefe requiere que hagas coincidir tus ataques elementales con el color de los caballeros posicionados detrás de él para evitar que el daño resultante del encuentro sea demasiado difícil de manejar.

Cada uno de los 70 jefes tiene un truco o “puzzle” como este, y no hay dos mecánicas de jefe que se queden más tiempo de lo esperado, no se repiten. Incluso algunas ideas que podrían reutilizarse en batallas posteriores nunca vuelven a ser las mismas, y cuando te ofrecen la oportunidad de luchar contra jefes por segunda vez en misiones secundarias posteriores, se les da un nuevo giro para que los encuentros vuelvan a sentirse frescos. En la práctica, cada batalla es un rompecabezas y estás obligado a considerar las herramientas adecuadas (la composición del grupo y el equipo adecuado) para ganar. No es especialmente desafiante al principio, pero cuanto más avanzas en el juego, más despiadado se vuelve el desafío y más perfecta debe ser tu estrategia y coordinación de turnos, siendo probablemente uno de los juegos más exigentes del género.