Me gustaría revivir esta idea que apliqué en MeriStation en su día, y que nos dio un puñado de buenos temas con sus buenas risas. Consiste en proponer dos sujetos que se enfrentarán en un duelo a muerte sin tregua, usando y abusando de todas las artes que les sean propias, pero dichos sujetos habrán de ser personajes históricos.
Así se batieron ya en buena lid el Arcipreste de Hita contra el Cid Campeador, por ejemplo, resultando victorioso el primero pues se consensuó que el Arcipreste tenía ventaja al disponer de maná y usar milagros, algo para lo que el buen Cid no estaba preparado pues pese a tener envidiable arrojo y brío jamás practicó algo que no fuera el combate cuerpo a cuerpo. Su montura (Babieca) y su arma legendaria (Tizona) resultaron insuficientes para derrotar al Arcipreste.

Jonás fue un profeta, mencionado en diversos libros sagrados como el Tanaj, la Biblia que nos es propia y el Corán. Pese a que en un comienzo resignó de las doctrinas divinas, especializándose en las artes oscuras, poco a poco comenzó su carrera como clérigo, algo similar a lo que ocurre en Final Fantasy IV (sólo que con un Paladín).
Jonás no es un profeta cualquiera. Además de profeta es santo, lo que hace suponer que disponía de milagros de bastante envergadura y no sólo los básicos que se castean con un talismán de mierda subiéndote un poco la Fe. En el judaísmo, además, se dice que Jonás tiene la habilidad de provocar arrepentimiento hacia Dios, lo cual es una pasiva bastante tocha de tipo mind control que, imagino, como no tengas un trinket o te dispelees te deja vendidísimo.
Pese a todo, Jonás es conocido por haber sido devorado por un gran cetáceo durante tres días y tres noches completas. Por medio de la oratoria, Jonás contactó con Yahveh, un dios superior, y catalizó su poder a través de él para hacer que el gran mamífero le vomitara. Es, por tanto, agraciado por los Dioses Exteriores.

Conan el Bárbaro, cuyo auténtico nombre era Conan de Cimmeria, pues en aquellos tiempos era común apellidarse, a modo de epíteto, según el lugar de alumbramiento (de ahí, por ejemplo, el famoso Musashi Miyamoto, perteneciente a esta aldea), nació en el propio campo de batalla. Desde muy pequeño desarrolló aptitudes belicosas, tomando puestos fronterizos y participando en escaramuzas varias. Habiéndole sido revelado el destino que le deparaba en un futuro, uno de grandeza y mandato, emprendió incontables viajes por tierras baldías derrotando por el camino a hechiceros de la talla de Thoth-Amón, por lo que pese a tratarse de un guerrero, éste sí que tiene experiencia contra magos de cierto nivel.
Hasta convertirse en rey de Aquilonia, el mayor de los reinos, Conan fue pluriempleado: hizo de asesino, ladrón, mercenario, general, pirata... Y pese a ser un bárbaro, no nos encontramos tampoco ante el clásico berserker. Conan es astuto y pícaro, pero también honorable. Siente animadversión por los hechiceros de manera natural, pues considera que se aprovechan de la magia para imponer su voluntad sobre los más débiles. Inferimos que su stamina y niveles de HP son bastante altos, así como tiene un enorme potencial para stunlockear al adversario usando armas pesadas (mandobles sobre todo) y perks basadas en los sangrados y hemorragias.