Terminado Ruffy and the Riverside.
Un collectathon bastante resultón cuya mecánica principal gira en torno a copiar y transformar materiales, colores y símbolos para explorar, avanzar y resolver puzles. Esta idea se traduce en situaciones tan curiosas como convertir una cascada en hiedra para treparla, o manipular el peso, la densidad y la resistencia de materiales como paja, madera, piedra o hierro para sortear obstáculos.
La mecánica es muy interesante desde el punto de vista del diseño de niveles y da pie a situaciones variadas, aunque queda la sensación de que podría haberse exprimido más. Donde realmente brilla es en los puzles, aunque tampoco son especialmente complejos.
Como todo collectathon, el mapa está compuesto por una zona principal abierta que lleva a diferentes áreas más pequeñas que se van desbloqueando según avanzas en la historia.
La historia es una excusa para avanzar, no aporta mucho, y los 3 jefes que tiene se los podrían haber ahorrado también. Están por estar, especialmente el primero, que ni requiere de la habilidad principal para vencerlo.
El juego también ofrece objetivos secundarios que animan a explorar. El mundo no es muy grande, pero está bien medido. Aunque no hay viaje rápido, la movilidad es ágil. Además, puedes montar sobre una bala de paja que hace las veces de vehículo, lo cual resulta simpático y práctico.
A nivel artístico es sencillo, pero con encanto.
Eso sí, necesita un pequeño parche para pulir bugs menores y ajustar algunas cosas. En una zona concreta es posible quedarse atascado, y en mi caso tuve que reiniciar la partida. No fue grave porque recuperé el progreso rápido, pero no deja de ser un fastidio.
En general tiene potencial para ofrecer más de sí, pero aún así es buen juego, y recomendable para los fans del género.