Tras escucharlo en bucle durante dos días puedo afirmar que es su mejor disco desde Disintegration, y uno de los más oscuros de su carrera. Oigo influencias de Massive Attack (era Mezzanine) y de los primeros Swans. El único "fallo" es que la voz de Robert Smith sigue siendo perfecta, como si aún estuviésemos en los 80, a este sonido le quedaría bien una voz más cascada.