Pues sí, es un motivo enorme para no contratarlo, incluso si el tipo no tenía nada que ver con la acción de Rubiales ni había hecho nada turbio (como el extraño silencio de las amotinadas dio a entender durante meses, por cierto).
La gente de fuera de España directamente pensaba que Vilda había sido despedido por alguna historia turbia de esas, porque fuera de nuestro país nadie podía comprender que al entrenador que las acababa de llevar a lo más alto del fútbol femenino lo hubieran podido fulminar de esa manera a pocos días de llevarse la copa del mundo.
Su imagen quedó marcadísima en el extranjero, y eso es lo que importa. Da igual que las federaciones interesadas pudieran saber de sobra que el tipo no tenía nada escandaloso en su pasado como seleccionador de España, que lo que importaba es lo que pudiera opinar el pueblo llano de su federación si lo fichaban, con lo especialmente sensible que es la sociedad actualmente con el tema del acoso sexual hacia la mujer en el trabajo. No jodamos.