Doctor Cavadas: "Si hay algo prostituido y maltratado es la cooperación humanitaria. Es un lavadero de conciencias para creer que haces algo"
Ana del Barrio MadridMadrid
Fuente:
https://www.elmundo.es/papel/2024/08/27/66c8bab021efa0f1588b4591.html
12-16 minutos
Mantuvo vivo un brazo durante 9 días y ha trasplantado manos, pies, piernas y rostros, lo que ha convertido al doctor Cavadas en uno de los 100 mejores médicos del mundo.
Foto: DAVID GONZÁLEZ | ARABA PRESS
Actualizado Martes, 27 agosto 2024 - 00:09
¿Le gusta que le llamen 'doctor Milagro'?
No especialmente. Pero lo interpreto como algo cariñoso.
¿Qué tienen sus manos que no tengan las de otros cirujanos?
No, la cirugía no es cuestión de manos, sino de conocimiento. En cuanto a las maniobras quirúrgicas probablemente un mono entrenado es mucho más ágil que un humano. Lo que marca la diferencia entre cirujanos es más la cabeza que las manos. Lo más importante en las cirugías es planearlas. Y para hacerlo tienes que tener mucho conocimiento, saber muchas opciones y meditarlas con un plan A, plan B y plan C.
Cuénteme lo peor que puede pasar en un quirófano.
Todo. Si hay un sitio del mundo donde pueden pasar cosas malas es en un frente de guerra y en un quirófano, donde un paciente se puede morir de mil cosas. Procuramos que no pasen cosas malas, pero por desgracia, en ocasiones suceden.
¿Cuál es la operación más compleja que ha realizado?
¡Pufff! No lo sé. En esa categoría hay muchos candidatos. Demasiados. No sabría decir. Muchísimas.
¿Y cuál es la que tiene en mente?
No. El caso que entra por la puerta es el que te hace buscarle una solución. No es tengo ganas de hacer algo y voy a buscar a una pobre víctima para hacérselo. Eso no es medicina sino exhibicionismo. La medicina está cuando te entra un paciente con un problema horriblemente difícil y tú le dedicas mucho tiempo a estrujarte la cabeza. Y buscas lo que está escrito y lo que no está escrito para intentar encontrarle una solución. Es el paciente el que te obliga a pensar.
Su despacho es como un pequeño santuario de objetos africanos.
En los primeros viajes a África, tenía una especie de compulsión y me compraba todos los abalorios y adornos tribales. Me encantan. Pero, después de montones de viajes, tienes de todo.
¿Y las calaveras?
Pues, hombre, para enseñar a la gente las cirugías de cráneo necesitas una calavera.
¿Qué hace el doctor Cavadas en verano para relajarse?
El problema es que los casos complejos de los pacientes duran mucho tiempo. Son procesos largos y tienes decenas de pacientes complejos en diferentes momentos de su tratamiento. Entonces eso no te lo puedes quitar nunca de la cabeza.
Ni siquiera en la hamaca...
A ver, hay muchas cosas que me relajan. Pero cuando un caso no va bien, no consigo desconectar.
¿No pega ojo por la noche?
No, ahora sí. Durante 15 años dormía muy mal. Luego conocí a mi mujer y ya empecé a dormir bien.
¿Cuáles son los caprichos que se permite durante las vacaciones?
Me gustan los viajes con mi mujer y la caza con arco. Me encantaría poder estar más con mis hijas, pero ya son mayores y hacen su vida.
¿Algo imprescindible en su maleta?
Café instantáneo. Sin café no me llego a despertar del todo.
¿Cómo se siente una persona cuando se le trasplanta el rostro?
En realidad, yo sólo he hecho un trasplante de cara. Y se siguen haciendo muy pocos en el mundo. Y, después del entusiasmo inicial, cada vez menos porque tienen muchos problemas. Otra cosa es que el médico lo reconozca, porque la vanidad de los cirujanos en muchas ocasiones les impide decir la verdad.
¿De dónde saca la financiación para sufragar todas las operaciones de la Fundación Cavadas?
De mi trabajo. Y luego hay aportaciones bienintencionadas de gente que son muy bienvenidas, pero el grueso de las aportaciones son de mi trabajo. Por eso el volumen de pacientes y de cirugías que hago en Tanzania es limitado. Yo no puedo ser el Ministerio de Sanidad de Tanzania.
¿Y cuenta con más cirujanos o las operaciones las hace usted solo?
Con ayudantes cambiantes. Hay muy poca gente que quiera trabajar de verdad a ritmo de...
Al ritmo del doctor Cavadas.
Al ritmo de trabajar de verdad. Si te pones a trabajar, te pones a trabajar. La cultura del trabajo, por desgracia, se perdió irreversiblemente. El 90% o 100% de los jóvenes, antes de terminar la especialidad, está pensando en dedicarse a la cirugía cosmética.
Que les va a dar más dinero.
La cirugía reconstructiva da dinero, pero es mucho más difícil. La cirugía cosmética es muy sencilla y llama la atención que toda la ambición profesional de gente de veintipico años sea coger vacaciones y dedicarse a algo sencillo y sin problemas. Y, básicamente, es vida cómoda, que me parece bien, tampoco tienen que ser superhéroes. Pero me llama la atención. Que alguien piense en comodidad a partir de los 65 años tiene lógica, pero a los veintipico es cuando estás en plena ebullición y cuando lo que quieres es trabajar y aprender.
¿Aceptaría donativos del fundador de Inditex, Amancio Ortega?
No le conozco, pero me parece una persona injustísimamente cuestionada por gente que no tiene ninguna autoridad para hablar. En general, las empresas grandes empiezan sin subvenciones trabajando 23 horas al día durante ocho días a la semana. Criticarle por donar máquinas es un rebuzno de un calibre monumental. Y que me perdonen los burros porque les tengo mucho respeto.
Fue de los primeros en avisar del Covid y le tacharon de alarmista.
Aquello fue un absurdo periodístico. Lo siento.
¿Sí?
Porque di una opinión completamente off the record. Luego se sacó de contexto y parecía que yo había dicho que venía el Armagedón, cuando jamás dije eso ni quise decir eso. A partir de ahí me usaron de arma arrojadiza. Ni soy epidemiólogo ni soy microbiólogo. Yo soy cirujano.
Pero el tiempo le dio la razón
Sí, pero sobre algo que yo tampoco tenía ninguna intención de decir ni tampoco ganas de protagonismo.
¿Algunos compañeros de profesión se enfadaron?
Ah, eso me da lo mismo. Si yo tuviera que estar preocupado de lo que piensa el resto de la humanidad...
También alertó de los efectos adversos de las vacunas, que se fabricaron muy rápido.
Sí, pero a ver, eso era evidente. Una vez más, también me metieron ahí. A mí las vacunas, con perdón, no me importan. Y lo siento, pero es que la pandemia del Covid tampoco me importaba demasiado. No es mi área. Fue otro intento de liarme con fuegos cruzados periodísticos cuando de verdad que me daba aproximadamente igual.
Ha confesado que es el campeón de España en cometer errores y que algunos se convirtieron en aciertos.
Casi todas las cosas buenas que he hecho en la vida han sido por error. Intentando hacer algo salió otra cosa que resultó ser perfecta. Quería ser veterinario y, al final, no había facultad de Veterinaria en Valencia. Y, como segunda opción, me metí en Medicina y me alegro un montón.
Es usted muy crítico cuando se utiliza la causa humanitaria como lavadora de conciencias.
Si hay algo prostituido y maltratado es la cooperación humanitaria. Eso es un lavadero de conciencias para creer que haces algo o aventura y turismo. A la gente le importa no morir de hambre, que no les disparen demasiado y que si tienen un problema de salud no mueran como perros. Luego ya los de 'cine sin fronteras' que van con una sábana proyectando películas para que los niños se diviertan. ¡Pues qué bonito! Pero si un crío no tiene nada para comer no va a disfrutar.
¿Se despilfarra mucho dinero?
La inmensa mayoría, con todo mi respeto. El objetivo de la cooperación no tiene que ser que tú te sientas mejor. No tiene ningún sentido llevar un camión repartiendo caramelos. Cuando ha pasado el camión, tienes a los mismos tíos igual de pobres y de hambrientos con el papel del caramelo. ¿Qué has hecho? Gastar tu dinero para nada.
Es una lástima.
Un juguete, una ilusión. Con todo mi respeto, si hay algo que no necesitan los niños en ninguna parte del mundo son juguetes. Porque hay juguetes universales. Allá donde vayas, todos los niños llevan una rueda con un palo o se hacen un balón y juegan al fútbol. Cualquier crío, si come, si no le le disparan y si está relativamente sano, te aseguro que se hace sus juguetes.
¿En qué se debería invertir?
En las tres necesidades básicas y en educación para beneficiar la situación de la gente. Una persona no vive mejor por el hecho de ver una película, eso no le cambia la vida a nadie. Eso cambia la vida en Occidente, donde tenemos de todo y te quita el aburrimiento. Pero allí tienes que proporcionar agua y mejorar cómo se cultiva. Por ejemplo, distribuir placas solares es uno de los de las cosas buenas que se hace en el África subsahariana, porque una placa solar es una inversión mínima y permite tener electricidad por coste cero.
¿Y sus operaciones?
Ni siquiera tiene demasiada utilidad ir porque operas a 100 personas y cuando te vuelves hay 200 a las que no te da tiempo a operar y que las dejas para el siguiente viaje. Sirve más que sean ellos los que desarrollen su propia cirugía.
¿Lo ha logrado?
Lo he intentado muchas veces y siempre me ha salido mal. Me traigo a un cirujano raso de allí y le doy entrenamiento en cirugía reconstructiva. ¿Y cuál es el problema? Que cuando vuelve, en vez de irse a zonas remotas a atender a la gente, se va a las ciudades grandes a trabajar privadamente y a ganar pasta. Saben hacer algo que no sabe hacer nadie en ese país. Que me parece fenomenal, pero no era para eso para lo que le traje.
Pensarán: "Eso que lo haga el doctor Cavadas".
Uno de los errores que cometes cuando eres más pequeño es creer que tu entusiasmo humanitario lo comparte la población de allí. Dices: "Pero si vengo a a operar a su gente". No, mentira. Vas a operar a gente que es igual de suya que tuya.
¿Cuál es la situación más peligrosa que ha vivido en África?
Unas cuantas. En el quirófano trabajas en muy malas condiciones con pacientes de los que no sabes nada y que nunca han visto un médico. Hemos tenido problemas y situaciones muy peligrosas en quirófano.
Porque al abrir te encuentras con cosas que no te esperas...
No porque hacen complicaciones que no tocan, pero no tienes forma de saberlo.
¿Cómo cuáles?
Cualquier tipo de complicación cardíaca de un paciente que está completamente sano y que nunca ha visto un médico, pero que tiene un problema cardíaco previo y que no hay forma de saberlo. Y, luego, alguna vez nos han disparado, pero no apuntaban bien. Es lo que te encuentras, sobre todo, cuando íbamos al norte de Kenia, que es una zona mucho más peligrosa que Tanzania, que es muy pacífica.
¿Les han disparado?
Un soldadito de 16 años con una escopetón más grande que él apuntándote y diciéndote que lo has insultado. De esas situaciones que dices como alguien haga un ruido o estornude, este tío aprieta el gatillo. Pero procuro no ir a sitios donde se ponga en peligro al equipo. Por eso dejé de ir al norte de Kenia.
¿Cómo se afronta la muerte de un paciente?
Yo lo llevo muy mal, salvo que sea una muerte esperada porque hay pacientes que vienen a que les gestiones sus últimos meses de vida. Hay pacientes oncológicos que claramente no tienen curación posible, pero que, con una cirugía bien hecha, puedes darles calidad de vida los meses que les quedan.
Saben que se van a morir igual, pero prefieren someterse a una cirugía.
Una persona que no es capaz de comer ni de tragar... Son situaciones miserables. Si puedes hacer que trague, que respire por donde toca y que vuelva a hablar, eso le da dignidad humana. Cuando es una muerte de un paciente al que no le tocaba morirse, pues se lleva muy mal.
¿Su mayor frustración?
En este momento, no tener más relación con mis hijas. Todo lo demás lo manejo perfectamente.
¿Cómo le gustaría que le recordaran?
A mí me gustaría que me recordaran tres personas -mi mujer y mis dos hijas- como alguien justo y honesto. Más que suficiente. El resto me da igual. Los seres humanos vivimos en la memoria una generación y media. Nadie vive más. Uno se acuerda de sus padres, más o menos de sus abuelos, y los bisabuelos son una foto en blanco y negro. Nadie se acuerda de los bisabuelos. Si esperas que te vayan a recordar más de una generación y media, te vas a llevar una decepción muy grande.
¿Y quién va a recoger su testigo? ¿Sus hijas se animan?
Mi hija mayor acabó medicina este año y estoy súper orgulloso. No sé qué especialidad va a hacer. ¿Quién va a recoger el testigo? Pues creo que nadie. Los casos que me llegan son los casos que ya han rechazado en todos los sitios. ¿Qué es lo más sencillo? Decir: "Uy, no". Tienes que ponerte en la piel del que tienes delante y en su día a día, porque eso es lo que te hace implicarte y realizar el esfuerzo extra para solucionarle el caso.
¿Alguna vez le ha tenido que decir que no a un enfermo?
Sí, muchas veces. Vienen casos que en los que la medicina en agosto de 2024 llega hasta donde llega. Mi trabajo es saberme todo lo que hay publicado hasta la fecha. Y hay cosas que no tienen solución. Y si viene un paciente le explicas cuáles son las opciones y que no hay ninguna. Pero por lo menos ya lo sabe. Y si no la hay, no la hay. Mi trabajo es contarle a la gente las cosas lo más parecido posible a la verdad.
Y, además, usted habla muy clarito y sin pelos en la lengua
A ver, procuro hablar claro. Lo que pasa es que cuando un paciente tiene una enfermedad de la que va a morir clarísimamente, pregunto quién del entorno quiere conocer la verdad. Hay gente que no quiere saber lo que tiene, pero alguien de su entorno sí que lo tiene que saber. Y se lo cuento sin crueldad, evidentemente.
Porque es verdad que los médicos a veces dicen cosas de una manera muy brusca.
Yo no. Pero el problema es que a veces, por intentar endulzar demasiado lo que dices, el paciente interpreta otra cosa. Te tienes que asegurar de que el paciente entiende cuál es la circunstancia. Tienes que ser claro, pero nunca cruel. Y si el paciente decide que no es él el que quiere tener la información, pues entonces fenomenal. Alguien del entorno porque también tiene que gestionar su final.