Mi incursión en la hora de ligar del Mercadona: "Carro a tope, novios cero"
Sergio G. Cañizares
6-7 minutos
"Dónde sales, hoy me voy a poner guapo para ti con la camisa de flores que prometí [...] porque hoy me siento perfecto y saldré a buscarte".
Sección de vinos, 19:05 horas. Llevo el carrito vacío salvo un bote de piña, porque dicen que uno de los códigos es esta fruta tropical. Y luego, me he apostado en el pasillo con el resto de bebidas (porque encontrarse en el de los congelados no es nada romántico, mejor vamos a empezar por aquí). Por los altavoces suena una canción ideal para la hora clave de la tarde: Camisa de Flores, de Bombai.
Mi amiga Sara me manda un audio desde un Mercadona a kilómetros de distancia: "Por ahora hay piñas en los estantes. Yo pensaba que no iban a quedar". Empiezo mi andadura entre los pasillos: vamos a ver quién de las dos es la chica con suerte del Mercadona, le he dicho antes de entrar. Parece buena señal que siga sonando en los altavoces "...hoy me siento perfecto y saldré a buscarte (...) Mírame, te busco y sé que pronto se me dará bien". Podría ser que el pasillo de los refrescos sea ahora el nuevo bar de copas...
Nadie sabe exactamente a quién está buscando, solo que de 19h a 20h es el momento de los solteros para ir a comprar a Mercadona. Puede parecer una broma, pero no tiene pinta de ser una estrategia comercial. Todavía no se ha desvelado nada al respecto (aunque nadie duda que tendrá su impacto económico), y la empresa de Juan Roig prefiere no hacer comentarios al respecto sobre un fenómeno que los ha viralizado en redes sociales, especialmente TikTok.
Sólo el vídeo de Vivi Lyn (@yosoyvivylin) ha desatado la locura en las redes sociales durante los últimos días, con más de 80.000 visualizaciones en TikTok. Esta actriz acude a un establecimiento de Mercadona con su amiga Carla para poner a prueba "la hora para ligar" en los supermercados. Tras un par de rodeos y risas, e incluso interacciones con algunos clientes ("Aquí hay gente que lleva un rato dando vueltas y no lleva nada en el carrito"), ambas concluyen que sí es cierto que el número de clientes ha crecido entre esas horas.
Y si nos paramos a pensarlo, tiene lógica. ¿Quién no ha experimentado un flechazo en el metro, frente a un par de ojos bonitos y sonrisa que se cuelan entre los pasajeros? Y es una escena de lo más cotidiana, tanto como pasear a tu perro y cruzarte con un desconocido buenorro al que (para más inri) le encantan los animales y claro, hay que pararse para acariciarlos (a los perros). Nos gustan las casualidades, y si son fáciles, mejor. Además, cómo íbamos a olvidar las estrategias románticas en el confinamiento, cuando ir al supermercado o pasear a nuestra mascota se convirtieron en un método de encuentro entre los ligues made online.
Por mi parte, el único fenómeno similar al que cuenta Vivi Lyn que consigo constatar es la concentración de gente en los pasillos a las 19:20h. Varias familias con niños, y más de una pareja de ancianos (amor del bueno, sin fecha de caducidad) después, por fin encuentro lo que estoy buscando. Más cerca del final de la hora que de su principio, los pasillos se llenan de gente joven y solitaria.
¡Spoiler!: ninguno lleva piña. De hecho, algunos no llevan nada: parece una visita exprés para agarrar un batido de proteínas, una fruta o un paquete de huevos, y adiós. No dan vueltas, no llevan carritos de la compra para jugar a los coches de choque, y tampoco miran a la cara. En el pasillo de los licores las visitas también son rápidas: un chico joven y acicalado agarra una botella de vino blanco y se marcha bien erguido. ¿Habrán cambiado las claves del ligue?
Recorro el pasillo de la charcutería, llego a las verduras, agarro un paquete de zanahorias y regreso a la sección de las bebidas. Nadie está esperando a la vuelta de la esquina, donde quedan los frutos secos. Y no hay ningún carrito de la compra a la vista con el que chocar.
Un WhatsApp de Sara: "Sección de vinos vacía", a las 19:24h. Todavía hay tiempo, me digo. Pero ¿soy yo o la gente está teniendo un cuidado excesivo para no chocar?
Escucho a los trabajadores reírse en el pasillo contiguo: "¡Venga, que todavía queda media hora!". Y es que a las 19:35h avisan por megafonía de que hacen falta doblar los refuerzos en las cajas, pero la estampida de clientes se acaba sin más, y nadie se ha cogido de la mano donde se colocan las tartas. La "hora de Tinder" que prometían en X empieza a desvanecerse delante de mis ojos.
Durante el resto de la hora, la historia se repite. No se me escapa algún chico que se ha echado encima bastante cantidad de colonia, y alguna chica emperifollada, pero no hay interacción alguna con el entorno. Es más, la mayoría van con los auriculares colocados y se aíslan como lo hacemos todos en un viaje cualquiera de metro. Cero romanticismo, y ya no suena música latina en los altavoces, ni siquiera alguna tristona de la Oreja de Van Gogh que acompañe la decepción. El romanticismo ha muerto.
Hay un grupo de chicos en la charcutería, me animo a preguntarles si están allí en sustitución de Tinder: "¡Cómo está de mal el mercado de las parejas para tener que ir precisamente a uno de comida!". Se ríen, porque han visto el vídeo y están al corriente de la "hora Mercadona", ya conocido desde que en uno de los episodios del programa First Dates de 2017 una participante revelase iba a estos supermercados entre las 19h y las 20h, la hora de comprar de todos los solteros.
Pero este grupo asegura que no, que no están allí por las bromas de TikTok. "Es que no entiendo cómo puede funcionar eso", explica uno, planteando después una cuestión muy seria: "¿Si quiero que se me acerque un chico... tengo que coger un sobre de chorizo para que me entienda?".
El reloj marca las 20h. A un pasillo de distancia, los empleados cuchichean entre ellos que no han visto nada extraño, ni siquiera en el pasillo de los vinos. "Todo sigue igual , como el resto del verano", comenta uno.
Veo un mensaje de mi amiga Sara: "O bien a la gente le da vergüenza, o en el Mercadona donde yo estoy no hay nadie buscando ligar".
Nada, Sara, que es mentira. Nadie ha encontrado el amor entre las verduras.
Fuente:
https://www.elmundo.es/economia/empresas/2024/08/27/66ccd31de9cf4a70268b4575.html