Jaime Cantizano: "Si con 50 años uno se apoya en la belleza es que es un auténtico gilipollas"
Cristina LuisTexto Segio González ValeroFotografías TextoFotografías
12-15 minutos
Su sonrisa perpetua lleva más de tres décadas saltando entre la televisión y la radio. Aunque, asegura, cuando se enfada se le inyectan los ojos en sangre. Este septiembre estrena programa en las tardes de Onda Cero.
Actualizado Miércoles, 28 agosto 2024 - 00:10
Llevo ocho días seguidos trabajando y estoy muerta. ¿Cómo has hecho para sobrevivir a una temporada entera de lunes a domingo?
Pues todavía me lo estoy preguntando porque nos creemos invencibles y que tenemos súperpoderes, pero he necesitado una desintoxicación laboral profunda entre julio y agosto por cuestión de salud. Aunque tampoco puedo llorar mucho porque fue una decisión mía.
¿Tu cuerpo te mandó señales?
El cuerpo no, la cabeza. Es siempre mi mayor enemigo. De hecho, tengo un componente obsesivo de a lo mejor despertarme a las cuatro de la mañana y ponerme a trabajar en la escaleta del programa. Pero es algo que he intentado tratar varias veces y es imposible de solucionar porque va conmigo.
¿Cómo funciona esa cabeza ante el reto de ocupar las tardes en Onda Cero? ¿Hay novedades o simplemente adaptarás lo que hacías el fin de semana?
El fin de semana era una especie de spa radiofónico para mí y esto es mucho más serio. Pero siempre me han gustado los retos. Es lo que he hecho con mi vida profesional en estos años. Cuando tenía algo garantizado, cambiaba. Nunca me ha gustado lo sencillo y esto es un toro que tiene unos cuernos así de grandes [hace el gesto de separar bien las manos]. Pero creo que pueden surgir cosas interesantes y espero que sea la lanzadera a la jubilación.
¿Ya piensas en la jubilación?
Llevo muchos años pensando en ello. Quien me conoce sabe que no tengo obsesión por el foco ni por estar en primera línea. No tengo ningún interés en convertirme en referente de nada ni en ganar influencia. A estas alturas me interesa que se confíe en mí y que se me respete más que otra cosa.
¿Y cómo te ves de jubilado?
Pues, aunque no lo creas, soy capaz de estar 12 horas tirado en un sofá o en una hamaca. Lo único que en los últimos años no he tenido tiempo para hacer este ejercicio. Espero poder observar esto de cómo cae la manzana.
¿No te planteas aprovechar y escribir un libro como muchos compañeros?
No, y me lo han pedido muchas veces. Siempre te sugieren o te invitan a que te lo escriba otro. Te dicen que tú no tienes que hacer nada. Pero yo me tomo muy en serio mi trabajo y también me tomo muy en serio el trabajo de escritor. Siento que no sería honesto con el que está al otro lado.
¿Te visitan los fantasmas por las noches? Dime que te fustigas pensando en los errores del día.
Muchos. Me fustigo muchísimo y ya sé que esto se repite, pero el síndrome del impostor siempre está ahí agazapado. Siempre dudo de si me lo merezco. Pero llevo muchos años conviviendo con eso y creo que lo he gestionado bien.
A los 17 años ya eras locutor en Los 40 Principales y después has pasado por varios programas de gran éxito. ¿Ha habido temporadas de ponerte insoportable?
Quiero pensar que no. Lo que sí tuve que hacer fue el ejercicio de entender qué era la popularidad, la fama y que te conocieran. Piensa que el programa que presenté durante 10 años llegó a tener un pico del 37% de audiencia. Ha sido uno de los procesos personales más complejos a los que me he enfrentado y creo que no salimos bien en general de esos procesos de fama porque chirrían las tuercas y nuestros propios mecanismos.
Eso que no había redes sociales. Aunque hace unos meses te cerraste Twitter.
Sí, en marzo. Aquí [en la radio] me lo han criticado. No lo entienden y me dicen que así pierdo influencia. Pero desde hace un tiempo lo veía como un pozo con más fango que agua. Si me quiero informar al final recurro a los medios de comunicación tradicionales.
¿No tienes una cuenta anónima para cotillear, como dicen que hace la Reina Letizia?
Para eso siempre me sirve la del programa en Onda Cero.
¿El público debe conocer a qué partido votan los presentadores de radio y televisión?
Da igual porque con un análisis unos te sitúan en un lugar y otros en el contrario. A mí me han situado en la izquierda, en el centro, y en la derecha. Hay ideas preconcebidas y quien te quiere poner la etiqueta lo va a hacer igualmente. Hoy en día es muy difícil razonar e intentar hacer comprender que un día puedo criticar y analizar un determinado comportamiento de este Gobierno y al día siguiente puedo estar de acuerdo con alguna de las decisiones que ha tomado. Es imposible. Quieren que estés permanentemente con la bandera levantada, pero no entienden que no te aferres a una. Te obligan. Te empujan permanentemente a estar posicionado y hay veces que uno no llega a tener opinión sobre determinadas cuestiones o no tiene la suficiente información para emitir un juicio.
Parece que uno falla si dice 'no tengo la información suficiente'.
Es por la velocidad a la que nos movemos y porque nos sentimos con la necesidad de opinar de todo. Hay también un fenómeno que me llama muchísimo la atención y es que todos nos sentimos víctimas de algo. Vivimos en un victimismo permanente. Inmediatamente y ante cualquier cuestión. Sea el enfoque que sea siempre hay personas que levantan la mano y se sienten aludidas o atacadas. Nos hemos pasado de frenada con el victimismo. Vivimos en un estado de aludido permanente que es insoportable.
¿Cuál crees que es la idea preconcebida que se tiene de ti y se adapta menos a lo que realmente eres?
Quizás la de que no me expreso sobre determinadas cuestiones. Pero creo que tiene que ver más con el respeto y con entender que el que está al otro lado no es ni imbécil ni estúpido. Es mi forma de ser de no imponer determinados argumentos. Pero si uno hace un recorrido por el programa que he hecho durante estos años en la radio puede ver claramente qué opinión he llegado a tener sobre las políticas de Podemos o sobre las decisiones de algunos ministros. Eso se percibe en el día a día, lo que no lo hago es hacerlo de manera hiriente.
¿Te has planteado cambiar para llamar más la atención?
No, para nada. Es algo que va con la personalidad de uno. No voy a forzar la máquina. Además, yo creo que han pasado los tiempos de los que se suben al escenario, al estrado o al púlpito y pegan voces, levantan la voz, y atacan directamente. Creo que la gente está buscando otro tipo de comunicador. Se pueden decir las cosas claramente sin necesidad de arrastrar por el fango a la persona objeto de las críticas. Soy de los que piensa que hay una inmensa mayoría de ciudadanos que no reacciona de la misma manera en la que se reacciona en el Congreso o en determinadas tertulias. Estoy convencido de que gran parte de nosotros no vamos con el cuchillo entre los dientes en el día a día. Una inmensa mayoría de españoles no estamos en la Guerra Civil permanente. Son como dos realidades paralelas.
¿En la tele se hacen amigos de verdad o todos se mueven por interés?
En la tele se pueden encontrar amigos, pero fundamentalmente no los he buscado. Siempre me he preocupado de tener gente de otras muchas realidades y de otros muchos ambientes. Pero se tienen. Y se tiene aprecio y se quiere a determinadas personas de la tele y de la de la radio. Sí, es posible tener amigos aquí.
¿Te dolió la traición de Terelu al irse a contar el embarazo de su hija a la competencia siendo tu colaboradora?
A mí ese tipo de cosas no me duelen en absoluto. Entiendo que cada uno maneje su profesión y su gestión económica de la manera que quiera.
¿Eres de los que reflexiona sobre su vida o simplemente la vives?
Ahora no reflexiono mucho y cada vez estoy más convencido de la idea de vivir el día a día porque tengo casos cercanos últimamente donde se ha demostrado que en 24 horas todo puede cambiar. Hay una cosa que es que yo nunca he tenido miedo. He hecho de todo en la vida: aventuras, viajar, moverme, experimentar... Pero mi mayor miedo ahora mismo es la enfermedad. Sobre todo por dejar a una persona de 8 años desprovisto de la cubierta que significa una familia. Nunca había tenido miedo a la enfermedad y de pronto me descubro débil en ese sentido. Y bastante débil. Es algo que me condiciona en todo. Mis decisiones profesionales de los últimos años siempre han estado relacionadas con la vida familiar que quería llevar.
Siempre apareces con una sonrisa. ¿En algún momento te enfadas?
Me enfado. Y me enfado mucho. Lo que pasa es que con el tiempo he aprendido a gestionarlo. Claro que uno da un golpe en la mesa en determinados momentos. Lo bueno es que el equipo me conoce muy bien y se me nota inmediatamente en la cara porque casi se me inyectan los ojos en sangre. Pero no me gusta en absoluto enfadarme por la persona que saca de mí. Es desagradable.
¿Qué es lo que te hace enfadar?
Me hace enfadar mucho que no me sean directos explicándome cosas. Que me intenten buscar vericuetos o darme la vuelta porque es algo que interpreto como una estafa. No soporto que se me endulce la realidad, que me presentes un pastel cuando realmente es una ensaimada.
Estoy viendo que tienes dos tatuajes en las muñecas. ¿Hay más?
No, no hay más. Ni un tigre ni ninguna sorpresa. Estos tienen que ver con la familia. Uno es el día de nacimiento del enano y el otro el mío.
He leído que tu padre era cartero y tu madre ama de casa. ¿Tienes conciencia de clase?
Sí, trabajaba en Caja Postal y mi madre era ama de casa. Iba para profesora hasta que se casó. Yo he sido un afortunado. Me considero bien pagado, pero siempre hay una vocecita ahí. Incluso cuando estás en el mejor hotel del mundo haciendo un viaje maravilloso, una vocecita te recuerda 'Oye, pues esto antes no era así'. Y yo creo que eso está bien. Aunque te tengo que confesar que en este momento de mi vida y después de lo que he trabajado no tengo preocupaciones económicas.
Hombre, me hubiera sorprendido lo contrario.
Bueno, hay muchos ejemplos de gente que lleva mucho tiempo trabajando y se ha visto sin un duro.
Siempre se pueden tener problemas con Hacienda...
No, no, no. Es la bicha que no se puede mencionar.
¿Trabajando se puede conseguir todo lo que uno quiera?
No conozco a nadie que haya llegado y se haya mantenido en el tiempo que no haya trabajado como un cabrón y haya tenido un poco de suerte. Hay que trabajar y que en algún momento los dados caigan en buena posición.
¿Ser guapo ayuda?
Si con 50 años uno se apoya de alguna manera en la belleza es un auténtico gilipollas. No sé si me ha ayudado o no siendo más joven, pero es un elemento que he tenido a mano. Si a esta edad te apoyas en el físico es que no has construido nada.
Cuando miras al futuro ¿qué ves?
Una larga etapa en las tardes de Onda Cero. Es que la vida ya me ha tratado muy bien. La vida me ha tratado de puta madre. Incluso en algún momento creo que me ha mimado demasiado porque he llegado a conseguir en muchas ocasiones todo lo que me propuse. Así que el horizonte en principio no me no me preocupa.
Si tu hijo te dijera que quiere ser periodista, ¿le apoyarías?
¿Sabes por qué no hablo de él en los últimos tiempos? Porque hace unos meses viéndome en televisión se me acercó y me dijo 'yo no quiero aparecer'. Él mismo me marcó cuál es su límite y lo tuve claro.
Eres de Jerez, aunque a veces no lo parezca...
Mira, es algo que me repiten mucho, pero tengo una clara conciencia andaluza. Me enfado en andaluz. El acento brota y los insultos son con acento andaluz. También me canso en andaluz. Yo creo que hablo mucho de mi tierra y sigo teniendo vínculo con ella. También estoy indignado por esta idea de la nueva financiación de Cataluña, porque creo que discrimina una tierra como la andaluza y es una afrenta a los andaluces. Estoy en contra por muchas razones, pero una de ellas es que como andaluz no puedo admitir un trato distinto con otra comunidad. Tampoco que las élites que actuaron de determinada manera en el 2017 no paguen o se vayan de rositas después de lo que se hizo. Es un trato de favor a las élites, a los nombres que siempre han estado en primera línea de la política catalana. Yo ejerzo de andaluz y, como andaluz, me parece discriminatorio. Me parece que a las élites catalanas se le da un trato de favor que no han tenido otros ciudadanos.
¿Pero piensas que se sigue infravalorando a Andalucía?
No. No creo ni fomento los clichés. Hablo simplemente de un trato de igualdad entre los diferentes territorios de un país.
¿Hay algún político que quieras especialmente que pase por tu programa?
Fíjate, por el 'Por fin' de los fines de semana nunca pasó un político por la filosofía del programa. Siempre defiendo que la política es necesaria y me interesa. Pero no con muchos de los nombres actuales. Seguramente tendrá que llegar otra generación de políticos para retomar esa conversación fluida con ellos.
¿Crees que no puede haber un razonamiento?
En este en este momento no. La política es dogmática. Hay una defensa del argumentario marcado desde la sede del partido y en este momento es muy difícil una conversación.
Fuente:
https://www.elmundo.es/papel/2024/08/28/66cdb13ce4d4d85c478b4578.html