La documentación de la Competitions and Markets Authority (CMA) relativa a la adquisición de Activision-Blizzard por parte de Microsoft ha dado un vuelco radical esta semana con la confirmación del organismo de que no ven riesgo de competencia tras estudiar una serie de factores adicionales en su Fase 1. Una nueva ronda de documentos ha revelado uno de los motivos clave para explicar este hecho. Entre la diferente documentación presentada por las distintas compañías consultadas, Bloomberg ha podido recibir directamente de una fuente muy cercana a los documentos "unredacted" (esto es, sin censurar las partes confidenciales subidas al pública) que Microsoft ha aportado una serie de pruebas de prácticas anticompetitivas de Sony al organismo, siendo una de ellas clave para cambiar el panorama del acuerdo.
Al parecer, Sony habría firmado un acuerdo de exclusividad con Square Enix estructurado en una serie de fases que culminarían en su adquisición. Tal y como revelan las fuentes cercanas al organismo consultadas por Bloomberg, dicho acuerdo constaría de una serie de condicionantes, uno de ellos (de vital importancia) relacionado con la adquisición de Activision-Blizzard. Fundamentalmente, los puntos del acuerdo serían los siguientes:
-Venta de los activos occidentales de Square Enix a terceras compañías (ya finalizado, con la venta de la rama a Embracer Group), para ahorrar en términos de coste en ambas compañías.
-Firma de un acuerdo de exclusividad total en consolas, según el cual, los juegos de Square Enix lanzados a partir del 1 de Enero de 2023 no podrán salir en Xbox One, Xbox Series o la suscripción Gamepass (sí en Nintendo Switch y PC). A cambio de este restrictivo acuerdo, Sony prestaría recursos tecnológicos, apoyo de personal y asesoramiento de motores a Square Enix. El primer fruto de esta colaboración sería Final Fantasy XVI, desarrollado en el Decima Engine de Guerrilla, y un Forspoken 2 aún no anunciado, co-desarrollado por Square Enix y Naughty Dog, con Neil Druckmann como asesor creativo.
-En caso de adquisición de Activision-Blizzard por parte de Microsoft, Sony tomaría el control del 50.01% de las acciones de Square Enix como "medida de respuesta para proteger su competitividad en el mercado", pasando a ser el socio mayoritario de la compañía. Si bien continuaría como un ente independiente de Playstation Studios, sus desarrollos y estudios serían supervisados directamente por Herman Hulst y Jim Ryan, revisando acuerdos existentes como el co-desarrollo de Kingdom Hearts (IP perteneciente a Disney) y únicamente serán lanzados en las mismas plataformas que el resto de proyectos de Sony "salvo acuerdos previamente firmados". Tetsuya Nomura y Naoki Yoshida serían los responsables directos de Square Enix frente a Sony, sirviendo como enlace entre ambas compañías.
Aparentemente, Sony habría firmado un acuerdo similar con Capcom a partir del 1 de enero de 2024, comenzando con una exclusividad de futuros personajes de Street Fighter 6, si bien las fuentes consultadas por Bloomberg no han podido añadir detalles adicionales. Dado que Square Enix contabiliza más de 1/3 del mercado japonés en materia de software, esto ha sido señalado por Microsoft como manifiestamente anticompetitivo, formando además parte de la protesta formal de congresistas norteamericanos recientemente reportada, siendo elevada al gobierno japonés en las próximas semanas. No obstante, según fuentes cercanas a Nikkei, no pondrían veto al acuerdo de compra de acciones acordado entre Sony y Square Enix. Pese a todo ello, y pese a las protestas de Sony, la CMA ha considerado esto un dato de especial relevancia para cambiar su visión en el acuerdo.
Por tanto, la industria parece que no tendrá tiempo de recuperarse del terremoto que supone la adquisición de Activision-Blizzard, que tendrá que prepararse para otra noticia que cambiará el panorama de la industria para siempre.
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