Desde este mes de septiembre, un equipo de arqueólogos y voluntarios se encuentra excavando en un yacimiento cercano al escenario donde tuvo lugar la batalla de Waterloo, en Bélgica, el 18 de junio 1815, y que supuso la victoria de las tropas británicas comandadas por el duque de Wellington frente al ejército de Napoleón Bonaparte.
El equipo realiza labores de excavación en la antigua granja de Mont-Saint-Jean, que sirvió como hospital campaña de las tropas británicas y donde se desenterró un esqueleto humano completo el pasado año 2022. Para la arqueóloga y directora de la excavación, Véronique Moulaert, "aquello supuso todo un éxito, ya que se han encontrado muy pocos huesos humanos de entre las 10.000 y 30.000 bajas que se calcula que hubo en el enfrentamiento".
Moulaert y su equipo de incansables voluntarios, principalmente ingleses, holandeses y belgas, han encontrado en esta granja la prueba de que fue ese el escenario del brutal choque al descubrir "lo que parecía ser un vertedero de residuos hospitalarios con cajas de municiones, miembros amputados y también caballos que habían sido sacrificados de un disparo en la trinchera".
Respuestas a la tragedia
Los investigadores consideran este hallazgo muy importante porque creen que les ayudará a comprender, entre otras cosas, cuáles fueron las técnicas empleadas en la época para llevar a cabo amputaciones de miembros, para qué habrían sido empleados los caballos (transporte de tropas o carros) y cuáles habrían sido las causas de su muerte.
Pero aunque el equipo trabaja incansablemente, armado con sus pinceles y cucharas, para tratar de desenterrar los restos de animales y de seres humanos que perdieron la vida aquí hace más de doscientos años, curiosamente son pocos los huesos descubiertos en el campo de batalla. ¿Por qué? Una posible respuesta podría ser que durante muchos años los habitantes de la zona desenterraron los restos que descubrían, los molían y los vendían a la industria azucarera para blanquear el azúcar de remolacha.
La parte principal de este ambicioso proyecto arqueológico corre a cargo de Waterloo Uncovered, una organización benéfica que combina la arqueología con la atención y recuperación de veteranos de guerra, tal como ha señalado Charles Foinette, teniente coronel en servicio del Ejército británico y fundador de esta asociación.
Para Foinette, la batalla de Waterloo tiene una importancia crucial en la historia europea, ya que concentró una enorme actividad militar en un espacio muy reducido si la comparamos con los enfrentamientos que tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial, una contienda global en la que los campos de batalla ocupaban más de veinte kilómetros de largo.
En cuanto a la participación de voluntarios y veteranos en la excavación, Foinette cree que resulta muy beneficiosa para ellos puesto que "la arqueología es una disciplina muy amplia y adecuada para nuestra organización, porque permite incorporar a personas de distintos orígenes y que sufren distintos tipos de lesiones. Siempre hay algo útil que pueden hacer para colaborar en la excavación", finaliza.
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