Uno pensaría que 17 años de pagos al vice del CTA por informes fantasmas y años de saldos arbitrales estadísticamente improbables en varios ciclos haría que la gente adoptara un perfil bajo, y si acaso al emitir una opinión ser mesurado y con mucho pensamiento crítico.
Pero no, no se debe subestimar la capacidad de sorprender que tiene la gente.