Las veces que he ido al de Parque Corredor o Gran Vía jamás vi una montaña así, aunque suelo ir poco porque cualquier Primark a cualquier hora está lleno de gente, y además no siempre muy educada. Hablando a voces, los críos corriendo por todos lados como si fuera el escondite mientras las madres les chillan “Izan no corras”, con las dependientas vigilando a según qué “clientes”, discusiones a grito pelado entre establecimiento y clientes, colas enormes para comprar cuatro cosas (incluso un lunes laborable a las 10 que no curraba me comí colas enormes)… habré ido pocas veces pero menudo merendero me ha parecido cuando voy.
La pena es que a veces traen cosas frikis que molan para los peques, sobre todo cuando eran muy pequeños, porque total las van a romper en dos días igual, al menos que rompan algo barato.