Me encanta que la tortilla de patatas esté ligeramente cruda por dentro (y que no lleve cebolla es un plus), pero no me mola lo de que por fuera no tenga ninguna señal de estar ligeramente tostada.
Su aspecto me recuerda esas tortillas japonesas a las que le meten un tajo por arriba y se abren como una flor que derrama toda la parte sin cuajar sobre el resto del plato...