Yo he tenido ambos y si lo que uno busca es el amor incondicional y casi ser visto como un dios, la elección es el perro. Aunque luego seas su puto esclavo todo el día limpiándolo, paseandolo y pendiente de todo como un niño.
El gato es más independiente, pero también cariñoso a su manera, el problema es que no es cariñoso siempre que uno quiere. Es cuando él quiera. Son animales mucho más interesantes de observar, muy juguetones y siempre con un poso de instinto que les queda por mucho que hayan vivido siempre en una casa.
Hoy por hoy, me quedo con el gato por lo limpios que son, por mi estilo de vida y porque realmente me gustan. Pero los perros están guay para jubilarse.