Pues depende de la galleta. Todavía tengo pesadillas de las que tenían que llevar al cole uno de mis peques, porque al haber en su aula intolerantes al gluten, a la lactosa, diabéticos, alérgicos a frutos secos… debíamos llevar únicamente unas galletas que eran sin lactosa, sin azúcar, sin gluten y sin frutos secos.
De verdad que se deshacían al cogerlas, era como antimateria. Las probabas y más que comer tu la galleta, parecía que la galleta te comía a ti, intentando adquirir de tu cuerpo algún átomo para igualar masas.
Era rollo comuna hippie, cada vez que venía con la medalla de la galleta tocaba que el niño en cuestión llevara 4 cajas de esas galletas y me entraban escalofríos.