Argos Es de esas cosas en las que no puedes escatimar porque no es lo mismo para el chaval.
Es como cuando en las navidades de 1993 pedí el T-Rex de Parque Jurásico, que costaba 12.000 pelas, pero los Reyes Magos decidieron que era mejor traerme el triceratops que costaba solo 5.000. Por muy molón que también fuera, no era lo mismo que el T-Rex...
Aquel desafortunado evento tuvo consecuencias gravísimas en mi desarrollo como persona. Solo hay que ver cómo he acabado: foreando en un sitio de calvos con olor a esmegma.