De chiste". Así califica un andoaindarra de 46 años la multa de 300 euros que ha recibido por llevar una navaja para cortar setas en el coche y otra que se había encontrado cuando recogía setas. Tal cual. Todo ocurrió el día de San Fermín, 7 de julio, a las 11.25 horas en la localidad navarra de Castejón, en el acceso desde la carretera N-113 a la autopista (AP-15). Regresaba de La Rioja, donde tiene casa, y había pasado la jornada recogiendo hongos y perretxikos, concretamente en un extenso encinar conocido como el Carrascal de Villarroya.
La respuesta del guardia civil fue contundente: "Le vamos a denunciar". En ese momento, no daba crédito a la amenaza del agente, menos aún cuando el otro guardia civil, de rango inferior, le dijo "que no, que por eso no creía que le iba a denunciar". Pero sí hubo denuncia, alegando que "suponía un riesgo para la seguridad pública en una zona muy transitada". "¿La autopista?", se pregunta hoy, quien insistió al agente para que en el escrito apareciera reflejado que llevaba una cesta con setas que había recogido en la citada zona riojana, como prueba de que la navaja la había usado para el fin con el que fue creada. "Les dije, además, que si querían quedarse con la navaja que me había encontrado, que muy bien, pero que me devolviera la de las setas porque era un regalo de mi hijo", explica, aunque su ruego no obtuvo respuesta.
Tres meses después llegó la multa
Sin navajas y con el malestar generado por la situación surrealista, regresó a su casa. Tres meses después, concretamente este pasado martes, 8 de octubre, le llegó la multa de 300 euros. "Pero si recurro, al final puede acabar en 600 euros", lamenta.
Cree que la situación no se sostiene y pretende hablar con la Delegación del Gobierno en Navarra. Además, añade que ninguna de las hojas de las navajas superaba los 11 centímetros que marca como límite el Reglamento de Armas para prohibir la posesión de navajas no automáticas fuera del domicilio. "La de las setas tenía 7 y medio y la otra, nueve", asegura.
Según el citado reglamento, en lo que se refiere a las armas blancas, está prohibida la posesión de cualquier navaja que sea automática, de las no automáticas que tengan una hoja mayor de 11 centímetros y de los puñales -que cuentan con dos filos, independientemente de la largura de la hoja-. De hecho, la denuncia no hace referencia al delito correspondiente que sería tenencia ilícita de armas.
"Exhibir o usar armas"
No obstante, en el punto 10 del artículo 36 de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, se considera infracción grave penada con entre 601 y 30.000 euros "portar, exhibir o usar armas prohibidas, así como portar, exhibir o usar armas de modo negligente, temerario o intimidatorio, o fuera de los lugares habilitados para su uso, aún cuando en este último caso se tuviera licencia, siempre que dichas conductas no constituyan infracción penal". Y es este artículo, precisamente, el que usa el agente de la Guardia Civil para justificar la multa al andoaindarra. Además, en el apartado de datos interés, aparte de la cesta de setas que este vecino de Andoain insistió en que apareciera recogido, se señala que las navajas se encontraban en una mochila que estaba "al alcance de la mano". Concretamente, en el acuerdo de inicio del expediente sancionador que ha recibido ahora se detalla que portaba las navajas "sin necesidad de llevarlas consigo" y "con el peligro que supone al encontrarse en un lugar de circulación constante de personas".
Asimismo, en el artículo 18 de esa misma ley se contempla la posibilidad de confiscar armas, siempre y cuando se entienda que haya un riesgo para la seguridad de las personas o de los bienes: "Los agentes de la autoridad podrán proceder a la ocupación temporal de cualesquiera objetos, instrumentos o medios de agresión, incluso de las armas que se porten con licencia, permiso o autorización si se estima necesario, con objeto de prevenir la comisión de cualquier delito, o cuando exista peligro para la seguridad de las personas o de los bienes".
"¿Y si voy a por setas, ¿cómo tengo que hacer?, ¿las corto con los dientes?", se pregunta tras haber recibido la notificación. "La verdad es que es una situación de chiste, como para salir en El caso", sentencia.
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"En la entrada a la autopista, me encuentro con la Guardia Civil que me para y me preguntan si llevo drogas o armas", recuerda este aficionado a la micología. Él responde que lo que lleva es una navaja de cortar setas, con su característica hoja curvada que permiten realizar cortes limpios del tallo y un cepillo al final del mango que se utiliza para limpiar de restos de tierra y otras impurezas adheridas a las setas. Quien es aficionado a recolectar estos manjares del bosque, seguramente cuenta con un cuchillo de este estilo, que era el que llevaba en ese momento. También les entregó otra navaja que se había encontrado ese día en el Carrascal.