Dejando de lado su historial como creador de Smash, Kirby y Kid Icarus, Sakurai tiene tal pasión por los videojuegos que, cuando tiene un descanso de varios meses (seguramente, por primera vez en su vida), decide usar ese tiempo para crear un canal de YouTube y sintetizar todos sus conocimientos sobre desarrollo de videojuegos. 260 vídeos que luego irá publicándolos durante más de dos años para así intentar ayudar a la gente que estudia o se ha incorporado a la industria. Y más allá, decide producirlos de forma profesional, con un equipo completo para edición, animación, traducción y post-producción de los 260 vídeos, pagando de su bolsillo 90 millones de yenes (unos 550 000 € al cambio de hoy) y eligiendo no monetizarlos.
O sea, decide gastarse una pequeña fortuna suya y dedicar una innumerable cantidad de horas en intentar contribuir a mejorar la industria sin esperar ningún retorno a cambio por la simple pasión que tiene.
Si no habéis visto su último vídeo, os recomiendo encarecidamente hacerlo: