Parece, amigos, camaradas, hermanos, que en este momento tan gris sólo existe una fuerza creadora y liberadora que puede proteger y enaltecer al madridismo: Xóse Mourinho.
Yo lo creo también sin vacilar, y así os lo digo a vosotros con la emoción de un niño, el optimismo de un creyente y la esperanza propia de todo madridista auténtico y verdadero. Lo dice alguien que fue testigo de sus grandes escaramuzas y de su frenesí blanco. Lo que nos permitió pasar de ser el hazmerreír de Europa a la elite mundial en la que solamente un club de alcurnia como este merece estar
Ahora que la dignidad del escudo pende de un hilo, en mi palpito sólo se escucha un nombre: Mou. Y estoy seguro que todos vosotros, si prestáis atención, también lo sentiréis
Entonemos una vez más el himno de nuestro campeón más grande y glorioso. Y que vuelva una vez más para poner orden en Europa y que el Madrid sea un símbolo de respeto y terror a partes iguales: