Yo estuve en Mayo de boda, en el parador de Baiona pero pasamos dos días en Vigo, y menuda hostia nos dieron por las ostras en la calle esa famosa por las marisquerías... Aún me duele.
La ciudad en general me parecio sucia, en decadencia, e incomoda con tantas cuestas, algo propio de las ciudades portuarias. Pero los alrededores, con todo tan verde, un espectáculo. Un contraste muy marcado.