Ediciones míticas donde las haya, no exentas de errores, sobresalientes en su época, juegos históricos por derecho propio y que significaron tanto la infancia de millones de personas en todo el mundo como, incluso hasta hoy, el modelo de lo que debe esperarse de unas secuelas en condiciones.
El trabajo de spriteado de los Pokémon tanto de primera como de segunda generación, la icónica BSO, las mecánicas añadidas, algunas de ellas esenciales para el futuro de la saga -como la adición de objetos equipables-, una campaña ostensiblemente más larga que la primera debido a la inclusión de una nueva región como forma de post-game y cientos de curiosidades, mitos, trolas, como queráis llamarlo, que conforman en sí mismas un entramado de data que enriquece aún más a los juegos.
Personalmente, las ediciones donde se diseñaron mis dos Pokémon favoritos (Ho-Oh y Scizor) y donde está, también, mi mapa favorito (Ciudad Iris).