Consolaza. Coincidió con los inicios de mi adolescencia y para mí fue una revolución absoluta viniendo de GBA. No podía concebir todo lo que tenía: capacidad para gráficos 3D, doble pantalla, pantalla táctil, micrófono, juego en línea, retrocompatibilidad...
Además, la ristra de juegos de lanzamiento y posteriores eran una promesa de jugabilidad original y nunca vista, y aunque esto no se materializó en todos los juegos, sí que salieron unos cuantos que jamás volví a sentir lo mismo. Era como una sensación de innovación y sorpresa constante.
Aún así, cosas como jugar a Mario Kart DS, es decir, la posibilidad de jugar todo un señor Mario Kart en 3D en una consola portátil, fue todo un orgasmo.