Ninguno de los cuatro episodios llega ni remotamente al nivel de las primera Black Mirror aunque están curiosos de ver por acercarse con una mirada distinta al ciberpunk.
El primero cuenta los problemas éticos de la clonación humana aunque al final se mezcla con una historia de amor y cierto giro de guion sentimental.
El segundo trata de crear robopilinguis para evitar abusos a las personas, pero la historia se diluye en impactar al espectador (supongo que tailandés) con escenas de sexo descafeinadas.
El tercero me resultó el más interesante por la idea de usar la IA para la religión aunque el capítulo tiene mal ritmo y le sobra metraje.
El cuarto es una ida de olla sin mucho sentido que te busca que empatices con los personajes para llegar al final.
Como mucho daría un 6 de nota en general.