Yo también sigo la misma inteligente lógica que el op. Cuando voy a un sitio siempre busco el restaurante más vacío. La de veces que habré ido a algún lugar donde en un rincón hay un restaurante a rebosar de gente y, justo al lado, otro completamente vacío. Entonces, yo, sabiendo que en este último no haré cola, voy ahí. Listo de mí. Por mucho que rían y parezca que en ese otro están todos ahí comiendo bien y disfrutando, yo huyo de la corriente y la masa y me aventuro al desolado comedor. Ayer mismo así lo hice, y os explicaría mejor la experiencia pero me voy al baño que menuda gastroenteritis llevo encima, por dios.