Todas las loterías son así. Aunque creo que en la de El Niño si comprabas 100 boletos cada uno con una terminación diferente de dos cifras sí que salía a cuenta. No sé si aún es así.
Para mi la estafa es que hay que rascarlo todo al final ¿qué gracia tiene? ¿Donde está el juego y la estrategia de decidir seguir rascando o no? Si fuera un rasca de verdad, donde puedes parar y decir, mira, ahora tengo un reintegro, o el doble y no quiero seguir, pues tendría más sentido. Si no es rascar por rascar, el boleto tiene premio o no, desde el momento en que lo compras, una pérdida de tiempo.