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Roba en una charcutería, queda en libertad e intenta un nuevo robo en una empresa de ascensores de Zaragoza
Se trata de un joven de 19 años quien, tras los robos cometidos en Zaragoza esta semana, no ha hecho más que ensanchar su historial policial
Poco más de dos días le ha bastado a este ladrón de tan solo 19 años para cometer hasta dos robos en Zaragoza. Su objetivo ha sido un par de negocios bien distintos entre sí. El primero, en una charcutería del barrio de La Almozara cometido el pasado martes; y el segundo, al intentar forzar la entrada de una tienda de ascensores en la calle de Belchite, durante la madrugada de este viernes. El resultado, sin embargo, ha sido el mismo y no ha sido otro que los calabozos de la comisaría del Actur. Defendido por los abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, los juzgados han decretado su puesta en libertad con cargos en ambas ocasiones.
Se trata de Mohamed T. B., de origen marroquí y nacido en 2006 y con cuatro detenciones policiales previas anteriores a los robos cometidos esta semana. El primero de ellos fue perpetrado el pasado 11 de febrero en “El rincón del jamón”, un negocio de charcutería sito en calle de Las Cortes en Zaragoza. Según al atestado policial al que ha tenido acceso ARAGÓN DIGITAL, la propietaria del negocio recibió una llamada de la Policía esa madrugada informándole que alguien había entrado en su negocio forzando la persiana de la entrada.
Los culpables no tardarían en ser captados, y fue otra patrulla la que detuvo a dos jóvenes en las inmediaciones con casi 140 euros en efectivo y un móvil con la pantalla fracturada. Al ser preguntados de dónde venían y que hacían a esas horas de la madrugada, estos chicos de 19 y 24 años dieron versiones contradictorias. Resultaron ser Mohamed T. B. y W. N., los responsables del robo. La dueña del comercio, que más tarde interpuso la denuncia, echó en falta unos 300 euros de la caja registradora, la cual habían dejado vacía, tres pagarés, un reloj y varias participaciones de la Lotería de Navidad premiadas y que aún no habían sido cobradas.
Lo curioso fue el móvil que los ladrones se dejaron con la luz de la linterna encendida apoyado al lado de la caja registradora que habían desvalijado. “El móvil es mío, ¿me lo devuelves?”, le llegó a decir Mohamed T. B. a uno de los agentes actuantes tras ser detenido. Horas más tardes y acompañados por sus letrados Carmen Sánchez Herrero, Luis Ángel Marcén y Daniel Montañés en los calabozos del Actur, decidieron no prestar declaración sobre lo sucedido. El juez decretó su puesta en libertad con cargos un día después.
EL NUEVO OBJETIVO A ROBAR: UNA TIENDA DE ASCENSORES DE SAN JOSÉ
A Mohamed T.B. se le olvidó pronto la lección aprendida sobre no apropiarse de lo ajeno, y apenas 48 después de estar en libertad, intentó un nuevo robo en Zaragoza. Esta vez lo haría acompañado de otro compinche, A. C., de 20 años, y junto al que forzó la puerta de una empresa de ascensores situada en la calle de Belchite, en el barrio de San José. El modus operandi fue similar al de la charcutería, con la mala suerte para ellos que en esta ocasión saltaría la alarma del comercio alertando de la presencia de intrusos.
Una patrulla de Policía Nacional cercana a la zona recibió el aviso sobre la alarma de intrusión, alertado de la presencia de dos jóvenes, uno de ellos en el interior del local comercializador de ascensores y otro que se encontraba fuera vigilando. A su llegada, observaron cómo los dos emprendieron la huida al percatarse de la presencia de los agentes. A. C. fue detenido a escasos metros del lugar de los hechos, con las manos sangrantes y un historial de treinta y una detenciones policiales previas. Mohamed T. B. fue alcanzado poco después cuando intentaba esconderse en un banco cerca del paseo Vicente Cazarra.
El dueño de la empresa de ascensores llegó alertado por la alarma y la Policía, y tras comprobar junto a los agentes que los malhechores habían desencajado y fracturado el marco de la de la puerta de entrada, no ha echado en falta ninguno de sus enseres, más allá del desorden y el humo expulsado por el sistema de seguridad para impedir a los ladrones la visión.
Los dos acusados por un delito de robo con violencia, el segundo en una semana para Mohamed T. B., fueron trasladados a los calabozos del Actur. De nuevo junto a sus abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, ambos han quedado en libertad con cargos.
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