Lobo
Ohhh… viajero…
¿Has oído hablar de los Heraldos del Euríbor?
Permíteme contarte la trágica crónica de Simón de Pérez y Silvia de Charro, dos almas que en tiempos de prosperidad fueron heraldos de la abundancia… y acabaron consumidos por la avaricia y la locura.
🕯️ Los Heraldos del Euríbor
En la Edad Dorada del Reino Financiero, cuando el sol aún alumbraba los templos de los banqueros y las almas se hipotecaban con alegría, surgieron dos predicadores de voz vibrante: Simón y Silvia.
Proclamaban que los tiempos de bonanza nunca acabarían, que las tasas bajarían eternamente, y que el crédito —aquel fuego prohibido de los dioses de la economía— era el verdadero camino a la salvación.
Vestían con ropajes de banquete y sonrisas de mármol, y en la plaza de los medios predicaban:
“¡El Euríbor caerá! ¡Las casas subirán! ¡Tomad más deuda, pues la prosperidad es eterna!”
Pero los dioses del Dinero son caprichosos, y la Crisis de las Sombras descendió sobre el reino.
🩸 La Caída
Cuando las tasas subieron y las almas comenzaron a arrastrarse bajo el peso de sus deudas, los Heraldos fueron acusados de herejía.
Simón, antaño orador brillante, empezó a hablar en lenguas extrañas.
Silvia, su compañera, fue vista riendo en medio del caos financiero, con los ojos encendidos como brasas, proclamando aún entre ruinas:
“¡El Euríbor está por los suelos! ¡Comprad, insensatos!”
Los sabios dicen que no murieron, sino que fueron malditos, condenados a repetir sus consignas una y otra vez, incluso tras la quiebra del mundo.
⚔️ Encuentro con los No Muertos
Si el viajero se adentra en las Ruinas de Intereconomía, puede oír sus voces resonando en los pasillos, distorsionadas por la estática de un antiguo conjuro de emisión perpetua.
En la cámara más profunda, los Heraldos esperan:
Simón de Pérez, el Promotor Caído, empuña un Cálculo Hipotecario que drena la cordura de quien lo mira.
Silvia de Charro, la Oradora del Euríbor, danza sin cesar, proyectando una risa que inflige confusión a todo aquel que la escuche.
Juntos forman el Dúo de la Burbuja Inmortal, un combate temido por los sabios del norte.
Derrotarlos concede el Anillo del Crédito Eterno, pero maldito sea aquel que lo equipe: su alma quedará atada a deudas sin fin.
☠️ Epílogo
Algunos afirman que, si uno enciende una hoguera con billetes sin valor y escucha el viento en la noche, aún puede oír un susurro:
Y entonces… el viajero comprende que las promesas de prosperidad eterna son sólo otra forma de la llama… que todo lo consume.