Viendo el juego de Bordalás, me sorprende que su plantilla no esté llena de chechenos, afganos o palestinos, porque es terrorismo puro.
Las líneas defensivas de Rusia en el sur de Ucrania palidecen ante el planteamiento ultra defensivo en el Coliseum Alfonso Pérez, que sí era un auténtico campo de minas.
Hay que comprender que los clubes pequeños utilicen sus armas, pero también hay que entender que el fútbol debe dar espectáculo para competir en los medios hoy en día.
Debería haber un acuerdo entre los clubes para evitar estos extremos y buscar un fútbol que de espectáculo y genere audiencia.