gerkhan Venía a expresar algo parecido. El tarado que pone lo que le da la gana apelando a la libertad de expresión siempre podrá ser, al menos, cuestionado por los demás, ignorado, ridiculizado, etcétera, y habrá gente que esté de acuerdo con él, cómo no. Pero el tarado que dice lo que le da la gana y además lo que dice es ley, porque gobierna, no tiene a nadie que le pueda parar los pies, luego su chaladura es todavía mayor, porque no tiene límite ni tiene que disimularla lo más mínimo.