Europa es el continente que más rápido se está calentando. El informe anual sobre el estado del clima en Europa, publicado por el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) concluye que el año pasado fue el más cálido de la historia de Europa desde que existen registros.
Más de la mitad del territorio fue sometido a temperaturas récord. En julio, el sureste experimentó la ola de calor más prolongada de la historia, con una duración de 13 días consecutivos, y que afectó al 55% de la región. Los días de estrés térmico, es decir, con sensación igual o superior a 46 °C, sumaron casi un mes; mientras que las noches tropicales, cuando la temperatura mínima no baja de 20°C, siguen aumento cada año, y en 2024 llegaron a doce.
"Cada aumento de fracción de grado de la temperatura importa, porque acentúa los riesgos para nuestras vidas, nuestras economías y nuestro planeta. Es imprescindible adaptarse", apunta Celeste Saulo, secretaria general de la OMM. Para Florence Rabier, director general del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas, "los datos ponen de relieve la importancia de aumentar la resiliencia". El 51% de las ciudades europeas ya han adoptado planes específicos de adaptación al clima, lo que representa un progreso destacable desde el 26% de 2018.
Sin embargo, los habitantes de Europa también experimentaron un tiempo y un clima muy diferentes en función de su lugar de residencia. Mientras la zona oriental registraba condiciones secas, soleadas y extremadamente cálidas; la occidental presentaba condiciones más nubosas y húmedas. Esto ha provocado que, por ejemplo en España, las temperaturas durante 2024 no fueran particularmente elevadas, si las comparamos con las de 2022 o 2023.
Es por ello que el año pasado también se colado entre los diez más lluviosos de Europa desde 1950. Las borrascas e inundaciones afectaron a 413.000 personas y 335 personas perdieron la vida, 228 de ellas tras la dana de octubre en Valencia. De acuerdo con este informe, Europa no había sufrido inundaciones tan generalizadas desde 2013. El 30% de la red fluvial superó el umbral de inundación alta, mientras que el 12% superó el umbral de inundación grave.
Otros datos que destaca el Servicio Copernicus es que la temperatura de la superficie del mar también fue la más alta jamás registrada, tras situarse 0,7 °C por encima de la media. Aunque en el Mediterráneo fueron 1,2 °C por encima de la media. Al mismo tiempo, todas las regiones europeas vieron menos hielo. Los glaciares de Escandinavia y el archipiélago ártico de Svalbard perdieron las mayores superficies desde que hay mediciones.
El informe europeo también hace mención a los incendios forestales de Portugal, que quemaron unas 110.000 hectáreas en una semana, lo que representa una cuarta parte de la superficie quemada anualmente en el continente. Se calcula que 42.000 personas se vieron afectadas por los incendios forestales ocurridos en Europa en 2024.
Los responsables del informe subrayan que, con estos resultados, Europa es el lugar del planeta donde las repercusiones del cambio climático se están haciendo más evidentes. Aunque matiza esta afirmación Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida, en declaraciones al Science Media Centre (SMC): "Ni las inundaciones ni los incendios son el resultado directo del cambio climático. El cambio climático afecta únicamente al clima y aumenta la probabilidad de eventos climáticos extremos. Sin embargo, fenómenos como las catastróficas inundaciones de Valencia o los megaincendios de Portugal dependen de la interacción entre el clima y la ordenación del territorio. Esta separación no es baladí, dado que el cambio climático está aquí para quedarse y, a pesar de eso, podemos hacer mucho para reducir el riesgo de inundaciones y de megaincendios. Estamos justificando la inacción de nuestros gobernantes en prevención de catástrofes naturales. Si fuera exclusivamente por el clima, no se podría hacer nada, por lo menos a corto plazo".
Las buenas noticias del informe pasan porque la proporción de electricidad generada mediante energías renovables en Europa alcanzó un máximo histórico, con un 45%, frente al récord anterior del 43% en 2023. El número de países de la UE donde las renovables generan más electricidad que los combustibles fósiles casi se ha duplicado desde 2019, pasando de 12 a 20, lo que refleja, apunta el informe, "los esfuerzos del continente para la descarbonización".
