Hace 11 años en un bundle navideño cayĂł Rust. Lo probĂ© por casualidad esperando otro mojĂłn más. A dĂa de hoy sigo jugando, es el juego al que mas horas he dedicado jamas, mi favorito absoluto, vamos, el juego de mi vida.
Con esto digo dos cosas. La primera es que hay que tener fe. La segunda, que si todo falla, ahĂ sigue Rust, pase lo que pase, con los brazos abiertos.