MAdre mía, pone cara de sádica ella cuando le zurra (mirad como queda el bol con el primer golpe), pone cara de sádico él (esa cara impasible cuando le da como si de repente se relajara da miedo)... y aún más sádico el programa que permite que dos personas, que parece que no se aman precisamente, "jueguen" a algo así por la audiencia. Es sádico en todas las dimensiones posibles.