Finetwork, de tocar el cielo con Fernando Alonso y la selección de fútbol a una deuda millonaria con Vodafone con 1,2 millones de clientes en juego
José M. Rodríguez Silva
5-7 minutos
Actualizado Sábado, 24 mayo 2025 - 03:00
Finetwork es una de esas empresas que parecía una fiesta continua. Llegó al mercado de las telecomunicaciones en pleno boom de las low cost y durante un momento parecía capaz de seguir el ritmo de Digi. Su estrategia de patrocinios deportivos no se andaba con chiquitas. Fernando Alonso, la Selección de fútbol, el Real Betis y el padelista Ale Gala´n. De repente todo el mundo se preguntaba de dónde había salido esa marca omnipresente que fue creciendo a ritmo de vértigo hasta llegar al millón de clientes impulsadas por la ambición desde Elda de un fundador misterioso que aseguraba haber trabajado en Apple y recibir ofertas de más de 1.000 millones por la empresa.
Sin embargo, diez años después de su nacimiento, la empresa se encuentra en su encrucijada más difícil: La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia le dio diez para pagar la deuda que arrastran por usar su red móvil y fibra tras presuntamente arrastrar impagos casi desde la firma del primer contrato entre ambas en 2019, según señalan fuentes conocedoras de la relación entre ambas compañías.
La situación ha llegado al punto de que un juzgado de Alicante ha seleccionado a FTI para que reestructure la deuda de la sociedad.y se pacte un nuevo calendario de pagos. "La razón del conflicto de un incumplimiento previo y reiterado de las condiciones contractuales por parte de Vodafone España, debidamente documentado y argumentado por Finetwork en el marco del procedimiento correspondiente", apunta la empresa, que demanda como contraparte 150 millones de euros a Vodafone España (más de lo que factura en un año) al entender que sus clientes están percibiendo un servicio de red peor que los clientes de Lowi o la marca Vodafone.
Por otro lada, la empresa asegura que "sigue operando con normalidad" y busca tranquilizar a sus 1,2 millones de clientes, una preciosa cartera en un mercado necesitado de números que ha servido de escudo hasta ahora para frenar las acometidas judiciales de Vodafone hasta que esta cambió de dueños y pasó a Zegona. De hecho, una de las demandas de Vodafone era cortar la red al operador, algo que el supervisor ha rechazado, por lo que podrá seguir prestando servicio. Sin embargo, las cosas llevaban ya tiempo torciéndose en ese punto.
RUPTURAS, CESES Y DEUDAS
La primera gran crisis de imagen para Finetwork empezó en junio de 2023. La empresa acababa de reclutar como CEO a Óscar Vilda, con experiencia en Vodafone y Orange para dar el salto definitivo, pero protagonizó una ruptura abrupta con la Liga Femenina de Fútbol, que acusó a la compañía de impagos. Esta se escudó en que nunca había firmado un contrato. El caso está en los tribunales. También lo está la resolución de su contrato con la Real Federación Española de Fútbol, por el que ha provisionado 1,4 millones.
Poco después Vilda presentaría su plan maestro: una subasta por convertirse en el nuevo proveedor del operador por 700 millones en cinco años (140 millones al año, más que lo que facturaba entonces), así como la intención de levantar deuda por 70 millones. Vodafone entonces se llevó el gato al agua pese a los problemas existentes en la relación y Zegona, sus nuevos dueños, condonaron 40 millones de euros de deudas anteriores, según informó CincoDias entonces y pudo confirmar este diario.
Dos años después de esa operación, no solo ha salido mal el contrato mayorista. Vilda, ahora CEO de Dazn España, fue misteriosamente cesado la pasada Nochevieja y desde entonces la compañía no tiene CEO y ha protagonizado un intenso baile de directivos, además de verse obligada a readmitir a su antiguo director general tras un juicio por su despido.
Tampoco se ha conseguido levantar la deuda buscada. En sus cuentas de 2023, presentadas con un notable retraso en diciembre de 2024, los auditores ya advertían de "la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la Sociedad para continuar como empresa en funcionamiento".
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La compañía trasladaba a los auditores que pasaría a un plan conservador para contener gasto hasta recibir una nueva inyección financiera y reconocía que una de las formas de gestionar su situación era aplazar el pago a proveedores. "(Esto) permite aplazar los pagas de proveedores en un periodo de tiempo en el que es capaz de volver a generar ingresos y sin cobros asociados, por lo que está financiando sus operaciones a través de los aplazamientos de pago a proveedores y acreedores, optimizando así la utilización de los recursos al operar con fondo de maniobra negativo", se apunta en las cuentas, que dibujaban un futuro complicado para la entidad que, en diciembre de 2024 aprobó un nuevo plan de ahorro, según las mismas cuentas.
Sin embargo no es la única salvedad encontrada por los mismos, que cifran en 77,4 millones la contraprestación a Vodafone de 2023, una partida que Finetwork se computa como ingresos en sus cuentas. "Los citados importes deberían haberse registrado por su Importe neto como servicio de intermediación en el epígrafe 'Importe neto de la cifra de negocios'. Por tanto, los mencionados epígrafes se encuentran sobrevalorados", señalan las cuentas, que auguran un camino difícil para la empresa salvo que consiga un nuevo golpe de efecto y gane de forma inesperada el conflicto contra Zegona, una propiedad que ya ha demostrado que no le tiembla el pulso.
Fuente:
https://www.elmundo.es/economia/empresas/2025/05/24/68308e2a21efa0d8708b45be.html