Entre Breath of the Wild y Hollow Knight. Jugué mucho a ambos y los pulí bastante, pero diría que con Hollow Knight me involucré más todavía.
Con Breath of the Wild (y Tears of the Kingdom) me ocurre una cosa y es que me es imposible no valorar el juego no sólo ya por lo bueno que es sino por la auténtica locura que supone en términos de programación. No soy capaz ni siquiera de llegar a concebir cómo está hecho el juego para tener ese sistema en el que permite tantísimas interacciones on the fly de todo con todo y que pese a todo cueste tantísimo que se rompa -yo no experimenté ningún bug ni en el primero ni en el segundo-, sobre todo cuando estamos hartos de ver cómo videojuegos muchísimo menos arriesgados salen hechos una mierda.
Ya te digo, como complejo, creo que Breath of the Wild está muy por encima de Hollow Knight, que parte de unos fundamentos más definibles y más humanamente entendibles, porque insisto en que lo del otro me parece magia negra, ahora, como juego, creo que Hollow Knight alcanza una excelencia difícil de replicar y que es ninguna duda el mejor metroidvania de corte moderno que existe. También es un juego en el que he profundizado bastante y que creo que conozco lo bastante bien como para comprender sus virtudes y defectos, por lo que me quedo algo más tranquilo dándole el puesto a él a sabiendas de que no me mueve la nostalgia.
Si estuviera NiOh lo votaría, pero entiendo que no vas a ir poniendo todos los juegazos de esa época. De la lista, me quedo con el HK. Dicho todo esto, como juego para estudiar, para ver qué se puede sacar de él y cómo se puede utilizar lo que hizo para mejorar los juegos del futuro, Breath of the Wild es muchísimo más interesante que Hollow Knight. Hollow Knight es más tradicional en sus bases y no propone nada loco, lo que pasa es que lo ejecuta con una maestría increíble.