Pues eso, a pesar de que a muchos jugadores les gusta la saga Souls, no todo el mundo es capaz de acabar con todos sus Bosses, estaba sacándome el 100% de logros por placer cuando de repente me ha venido a la mente esta pregunta y quería compartirla en el mejor lugar posible.
Sekiro te invita a jugar en un entorno tridimensional, donde puedes correr, saltar, esquivar, trepar, explorar, engancharte, bloquear, dominar, hacer parry (su mecánica estrella), QTE (Mikiri), golpear, realizar estrategias según el terreno, gestionar tu inventario, pone a prueba tu paciencia y resistencia.
Considero Sekiro (Aún no me he pasado Elden Ring) el reto más bonito de mi vida videojueguil.
El juego comienza siendo muy desafiante y con el tiempo parece que se va haciendo más fácil, cuando en realidad es el mismo juego que te está haciendo el examen de todo lo aprendido anteriormente incrementando la dificultad (Git Gud lo llaman), debo decir que disfruto muriendo y me apena acabar con un Jefe difícil, cada jefe es una experiencia única e irrepetible.
Me ocurrió una cosa muy curiosa, cuando jugué la primera vez, empecé en una dificultad extrema, me explico, no sabía que después de matar a un jefe, se utilizaba su vestigio para darte más poder de ataque.
¿Podéis imaginar que así llegué hasta el 🦍 Simio Guardián así?, una vez me di cuenta subí todos sus puntos de ataque y todo fue muchísimo más fácil.
Dicho esto: ¿Consideráis Sekiro el digno Maestro examinador de tu motricidad con la potestad de expedirte el carnet de jugador Maestro o suspenderte por Manco?
O por el contrario, ¿pensáis que el jugador está hecho para aprender patrones y mejorar poquito a poco independientemente de su motricidad, aunque cada persona tenga un proceso de aprendizaje diferente y tan solo la determinación de cada uno es lo que lo lleva a conseguir todos los retos?
¿Cuánto hay de motricidad y cuánto de determinación?
Si consideráis que este no es el juego, me gustaría leer que juego consideráis con la potestad en su lugar.