A ver, el club tiene todo el derecho del mundo a jubilar a su portero si ve que está en sus treintaytantos y su rendimiento es irregular debido a lesiones constantes. De hecho, debe hacerlo.
Pero si se trata de una leyenda del club, que lleva más de 10 años en él y que además es tu capitán, qué menos que hacerlo con respeto, vaselina y compensando la arena con cal (o al revés, no sé cuál es la buena).
La secuencia de hechos, desde el punto de vista de Ter Stegen es esta:
-Le dejan fuera de un partido intrascendente a propósito para impedirle cobrar 3 millones más. Un partido que, tendiendo en cuenta la ruta que ya estaba marcada, habría sido su último y oportunidad de despedirse de la afición.
-Lo primero que se hace en cuanto se abre la ventana de fichajes es coger a un nuevo portero titular y renovar al suplente. El subtexto está claro: a la puta calle.
Además, este plan solo tiene sentido salarialmente si él se pira y sabían que se iba a ver obligado a hacerlo porque quiere jugar el mundial.
Vamos, que le estaban diciendo a su capitán: vete, buscate la vida tú porque aquí ni como tercer portero... ¡Y hazlo rapidito, que si no no puedo inscribir a tu sustituto!
-Para rematar la humillación, en la gira de pretemporada le dan tu dorsal a tu sustituto cuando aún ni te has ido del club.
Claro, con estos mimbres, llega la primera oportunidad de devolver la jodienda y el hombre la ha cogido. Se retracta porque no le queda otra, pero estoy seguro de que se sigue sintiendo humillado y con razón.