La bóveda de madera de la capilla afectada por el incendio de la Mezquita de Córdoba ha colapsado esta madrugada como consecuencia de las llamas y del agua que han vertido los bomberos para la extinción del fuego, según ha confirmado este mañana el deán presidente del Cabildo Catedral, Joaquín Alberto Nieva. Se trata de una estructura pequeña de entre 25 y 50 metros cuadrados de superficie, por lo que los daños son menores, en un templo que tiene una superficie total de 23.000 metros cuadrados.
También se han registrado daños en una escultura y en el atrio del retablo de la Anunciación, según ha explicado el deán que, sin embargo, considera que aún es pronto para hacer una valoración precisa de los destrozos que, en cualquier caso, son de escaso valor patrimonial, ya que se trata de un espacio renovado recientemente.
La capilla del Espíritu Santo, en cambio, anexa a la zona del incendio, se ha salvado, aunque ahora habrá que valorar también los efectos del humo y del agua en todo ese área.
El incendio se originó en esta misma capilla, situada en las naves de Almanzor y que se usaba como almacén, donde se guardaban unas sillas de madera y unas máquinas barredoras. Un cortocircuito o una sobrecarga de una de estas máquinas podría haber provocado las primeras llamas, aunque la investigación está abierta y no se descarta ninguna hipótesis.
El templo ha reabierto este sábado sus puertas a las visitas con relativa normalidad aunque el área afectada ha sido acotada para garantizar la seguridad de los visitantes y de los bienes dañados.
El obispo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández, agradeció anoche, a través de un comunicado, la "colaboración" de todas las instituciones y personas que participaron en la extinción del fuego y, muy especialmente, al servicio de bomberos por "su rápida y eficaz intervención que evitó males mayores" y se extiende a la Policía Nacional y Local, a Protección Civil y los trabajadores de la Mezquita Catedral "por la rapidez en el desarrollo del protocolo previsto para estos casos y la profesionalidad demostrada". "Gracias a Dios y a la intercesión de San Rafael", el Cabildo activó inmediatamente el plan de protección del templo, afirmó monseñor Fernández.
Efectivos de los bomberos y de la Policía Local de Córdoba han permanecido toda la noche vigilando la zona afectada en la Mezquita, una vez que las llamas quedaron apagadas en torno a las 23 horas, aunque durante horas se realizaron trabajos para refrescar los muros y cubiertas de las capillas afectadas.
Por su lado, el obispo emérito de Córdoba, Demetrio Fernández, emitió un mensaje de tranquilidad dirigido a los cordobeses y "a todo el mundo", ya que, afirmó, se habían recibido llamadas interesándose por el estado del templo desde muchos puntos del planeta.
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