Por un lado, antes siquiera de terminar de leer ya sabía que les habían tumbado el despido e, incluso, que había conseguido la nulidad; nuestros abogados nos lo han reiterado mil veces, que hoy día conseguir un despido procedente es casi un milagro, y encima conseguirlo de una persona que está de baja... en fin, casi imposible.
Por otro lado, cada persona experimenta la ansiedad y la depresión a su modo. En mi caso personal, solo deseo el contacto humano cuando estoy realmente deprimido o con la ansiedad chorreando por las orejas. Así que si me ven saliendo con una amiga o charlando con gente en una terraza, es que estoy apunto de volverme un maníaco homicida.
Habría que ver cómo es esta persona y qué actitud tenía en dichas actividades, porque si bien ir a la peluquería no es indicativo de estar sano, si vas a la peluquería estando supuestamente deprimida, y te pones a reír, a cotillear, a coquetear y eres una clienta alegre y activa, entonces me cuesta horrores pensar que estas deprimida; al menos yo siempre he sido incapaz de reír y estar alegre en plena depresión, por eso la llaman depresión.