Los tesoros perdidos del mayor 'trastero' de Madrid: desde un diamante valorado en 8.000 euros a dos décimos de lotería premiados en busca de dueño
J. B. C
5-7 minutos
Juan B. Cañellas Madrid
Actualizado Jueves, 21 agosto 2025 - 00:00
Hace unos meses, un vecino de Madrid se inclinó sobre la acera y vio brillar algo diminuto entre las grietas del pavimento. Un destello frío, casi tímido, que resultó ser un diamante valorado en 8.000 euros. Quizá entonces le cruzase por la cabeza la duda inevitable de si quedárselo o entregarlo; de si ceder a la tentación o convertir aquel hallazgo fortuito en un gesto cívico. Optó por lo segundo. Hoy, la joya descansa en uno de los silenciosos estantes de la Oficina de Objetos Perdidos del Ayuntamiento de Madrid junto a otros 155.003 artículos extraviados.
La oficina, situada a escasos metros de la emblemática plaza de Legazpi, ha recibido un total de 41.387 objetos durante el primer semestre de 2025, lo que supone una media de 229 al día. Entre ellos, se despliega un amplio catálogo que va de lo más mundano -carteras, paraguas o relojes-, hasta máquinas de coser, botas de vino, drones y un acordeón olvidado. El dinero en efectivo también ocupa un lugar destacado. En estos seis meses han llegado más de 88.000 euros, de los que 30.656 han pasado ya a las arcas municipales.
"Hace poco apareció una mochila con 5.000 euros en efectivo en el aeropuerto de Barajas y, por suerte, logramos localizar a la propietaria rápidamente. Al venir a recogerla, rompió a llorar; aquel dinero eran todos los ahorros de su vida", cuenta a GRAN MADRID Ángel Rodrigo Bravo, director general de Contratación y Servicios del Consistorio.
No se trata de un caso aislado. La mayoría de objetos extraviados proceden de los principales puntos de transporte de la capital: más de la mitad, un 56%, han sido hallados en Barajas, mientras que el resto suele aparecer en las estaciones de Metro de Madrid o entre los asientos de los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes. Sorprendentemente, apenas un 3,4% de los objetos que reposan sobre las interminables hileras de la oficina han sido hallados directamente en la calle.

Cajas clasificadas con los objetos perdidos en el Metro.J. H./Europa Press
Otro de los hallazgos más insólitos en la historia del servicio fue el de dos décimos de lotería premiados con 1.200 euros. Cuando transcurrieron los dos años de plazo que marca el Código Civil para reclamar un objeto perdido, la persona que los había entregado finalmente pudo quedarse con ellos y disfrutar de un premio inesperado.
Aun así, entre los 27 kilómetros de objetos que inundan la oficina, también han desfilado pequeñas alegrías que van mucho más allá del dinero. "Una vez llegó a nuestras manos un 'libro viajero' perteneciente a una niña. Gracias a las fotos pegadas en sus páginas, pudimos localizarla. Se trataba de una alumna de un centro de educación especial y, cuando la llamamos para que viniera a recogerlo, su alegría fue contagiosa", explica el director general.
En este caso, el contenido del libro permitió que regresara a las manos de su dueña original, algo casi tan extraordinario como el valor emocional que encerraba: durante el último semestre, 3.675 objetos, un 8,88% del total, volvieron a sus propietarios legítimos. Una cifra baja pero comprensible cuando se tiene en cuenta que "la mayoría de los artículos suelen ser prendas de ropa o cosas de poco valor que los usuarios ni siquiera intentan recuperar". Lo que lleva inevitablemente a preguntarse: ¿qué sucede con todo aquello que nunca se reclama?
Al transcurrir dicho plazo de dos años y, si la persona que lo entregó en la oficina tampoco lo reclama, este pasa a ser propiedad municipal y se le busca "el mejor destino posible". En primera instancia, se intenta aprovecharlos en distintas áreas municipales, como el SAMUR Social o los albergues, o bien se destinan a alguna organización sin ánimo de lucro. En lo que va de año, se han donado alrededor de 4.078 objetos, entre los que predominan gafas, libros y prendas de ropa.
Una vez agotadas estas opciones, los objetos que quedan son destruidos, reciclando previamente los materiales textiles y los componentes electrónicos, o puestos a subasta. Sobre todo, se mandan a venta pública aquellos artículos con un gran valor de mercado como joyas, relojes de lujo, ordenadores, tabletas electrónicas, bolsos o instrumentos musicales. La última subasta, celebrada el pasado 17 de julio, recaudó cerca de 37.000 euros.

Interior de la Oficina de Objetos Perdidos municipal.Ayto. Mad
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Y, aunque las historias y las cifras que deja la Oficina de Objetos Perdidos resultan fascinantes, no nos engañemos. Nadie quiere pasar por el mal trago de perder un diamante de 8.000 euros, ni lanzarse a perseguir un acordeón olvidado entre las más de 100.000 piezas que desbordan las estanterías del almacén. Por ello, los propios responsables municipales advierten: "La recomendación habitual es que, siempre que llevemos un objeto de valor, procuremos contar con algo que acredite que nos pertenece. De ese modo, cuando llegue a la oficina, podremos recogerlo de inmediato".
Asimismo, recuerdan que el requisito imprescindible para recuperar un artículo es, además de aportar una descripción detallada, explicar las circunstancias de su pérdida y presentar algún tipo de documento con su información personal. Así que, si alguna vez se descuidan y tienen la mala fortuna de olvidarse una mochila cargada con 5.000 euros en efectivo durante un vuelo con escala a Madrid, quizá no esté de más darse un paseo tranquilo hasta la plaza de Legazpi. Con un poco de suerte, podrían llegar a reencontrarse con ella.
Fuente:
https://www.elmundo.es/madrid/2025/08/21/68a5d642e85ece551b8b4594.html