No sé si Borja Pérez (y Rubén Ontiveros como cerebro tras la serie) es consciente de lo que han marcado a una generación de españoles. Qué tíos más grandes. Si hubieran nacido diez años más tarde hoy serían millonarios.
Creo que no hay un día en el que no diga una frase de las míticas de Qué vida más triste. "Pepitas de oro, Josebas", "aibá, la liada", "chupitos de peché", "es que no le da, no le da".