Con la venia de los dioses del cine apócrifo y lleno de licencias, he visto estas otras del Zorro, cada una de ellas protagonizada por un nuevo héroe que usa el apodo legendario y un antifaz para hacer el bien y proteger a los desfavorecidos.
Muy entretenidas y divertidas, pese a la caspa y bajo presupuesto de aquella época donde se hacía cine con lo poquito que sabían o podían. Tiene su mérito, sobre todo por cómo se escribían guiones a todo correr pero lograban darles toda la dignidad posible dentro de su escasa formación y experiencia.