Vengo de acabar Ghostwire Tokio hace apenas unos días. Pude jugarlo gracias a Game Pass y me ha parecido una grata sorpresa. He de decir que lo he jugado con el último parche de rendimiento que sacaron para Xbox Series, por lo que no he tenido problemas para jugarlo con cierta tranquilidad y pocos errores, más allá de algún bug donde el juego te deja pillado; pero esto último ha sido muy eventual.
La historia del juego producido por Tango Gameworks nos pone en la piel de Akito Izuki, que adquiere unos misteriosos poderes sobre naturales al ser abducido por KK, un misterioso espíritu que iremos conociendo a medida que avancemos en el juego. La ciudad de Tokio ha sido completamente desolada y todo el mundo parece haber desaparecido por una extraña e inexplicable niebla que lo engulle todo.
Así que nuestro protagonista va en busca de su hermana, Mari Izuki, quien está en el hospital con un coma profundo. A partir de aquí la historia empezará con varios desenlaces que al principio son muy taimados, pero que se irán complicando a medida que avanzamos.
El juego no es una master piece, pero tiene elementos que lo hacen destacar por encima de otras propuestas narrativas, como su curioso sistema de combate o el arte. Para mi gusto, es una propuesta diferente, de esos juegos que hay que probar alguna vez en la vida.
Como se juega
Me cuesta mucho encasillar al juego en un género. Diría que es una especie de RPG de acción, pero con elementos de exploración. Es un “mundo abierto” pero con un mapeado bastante pequeño, y a diferencia de lo que se estila ahora, Ghostwire Tokio aboga por la exploración por zonas, lo que se traduce en que en lugar de que te den un mapa gigante para que te pierdas, tendrás que ir liberando unas torres para poder desbloquear cada zona. Es un sistema bastante clásico, pero me gusta más que el concepto sandbox actual.
Tendrás misiones repartidas a lo largo del mapeado, generalmente te toca ayudar a espíritus y hacer de recadero. No están especialmente trabajadas, pero bueno, suman experiencia y te las ventilas fácil y rápido. No son estrictamente imprescindibles, pero para determinadas fases te va a hacer falta subir de nivel, así que alguna tendrás que hacer. Yo personalmente las hice casi todas.

Sobre las misiones secundarias, hay un planteamiento bastante desastre aquí. Existen tres tipos de secundarias que el juego no clasifica, pero yo si, porque así lo valgo. Las primeras son las “ponzoñosas”, que no sirven para nada, las segundas son las “ya tal” que ofrecen algo interesante, pero no llegan al nivel necesario como para acabar divirtiendo; y las terceras son las “¿qué coño habéis hecho aquí?”, que básicamente son secundarias tan bien trabajadas que deberían formar parte de la trama principal. Las terceras por desgracia no abundan, como la del colegio encantado que da bastante cangüelo.
El juego es en primera persona y el sistema de combate te permite combatir usando ataques mágicos, o usando un arco ancestral que mola mucho, pero que tiene como handicap la poca munición que hay al principio. El juego tiene ideas buenas aquí, de vez en cuando te obligan a ir sin poderes y dependes del sigilo y el arco únicamente.
Los poderes mágicos cuesta hacerse al principio, pero una vez le coges el ritmo es bastante divertido. Me ha gustado mucho como el juego se esfuerza por ofrecer situaciones diversas en las que tienes que aprender bien qué magia es más efectiva. Como además cuenta con exploración vertical, lanzar hechizos de la mejor manera es bastante importante y acabarás haciéndote a ello.

Sin embargo, la poca variedad de enemigos es su talón de Aquiles, al final acabas repitiendo bastantes mecánicas, y eso le pasa factura al juego. Además, la cámara hace cosas raras y tuve que ajustarla para que no pareciese que iba borracho mientras jugaba.
¿Cómo se ve?
Tengo pocas cosas que reprocharle en lo visual. El hecho de que la ciudad esté literalmente muerta, hace que se hayan ahorrado bastantes NPC y hayan dedicado esos esfuerzos al arte, que es excepcionalmente bueno. Todo está recreado con un nivel de detalle bastante elevado, y esa sensación de ciudad abandonada está bien recreada. Además, la niebla oculta algunos fallos graves de texturas, por lo que han usado estos recursos de manera inteligente.
Ghostwire Tokio no es para nada un juego puntero gráficamente. En Xbox Series X sigue teniendo cuelgues y problemas de framerate, sin olvidar que sigue capado a 30 fps, aunque lo cierto es que se deja jugar. Si tuviera que destacar dos aspectos, serían el arte y la banda sonora, que me ha encantado. Además, siguiendo con el tema del sonido, he de decir que las voces en japonés consiguen una atmósfera bastante más inmersiva.

¿Cuánto dura?
Unas 11 horas me ha durado a mí haciendo prácticamente todo, aunque me dejé atrás misiones de recadero y otras de buscar a los gatos esos, dado que son terriblemente aburridas. Yo suelo ser bastante lento jugando a videojuegos, me distraigo mucho mirando tonterías y leyendo, así que quizá si eres de los que van a lo loco, mis sensaciones y las tuyas sean muy distintas en este apartado.
El juego es rejugable y los logros/trofeos son divertidos de conseguir, así que si te gusta, quizá una segunda partida puede darse. En mi caso no me gustó tanto como para volver a pasar por todo el circuito de nuevo, más que nada porque tengo mucho juego pendiente y quiero ir acabando.

Conclusión
Si quieres una propuesta diferente, con bases de mundo abierto clásicas y te apasiona la temática japo, el juego es una visita obligada. Cuesta hacerse al principio a su sistema de combate y se siente lento las primeras horas. Pero luego todo va saliendo a pedir de Milhouse. Acabas enganchado fácilmente al vínculo que forman KK y Akito; de hecho no he hablado mucho de ello, pero el componente narrativo es quizá uno de sus mejores atractivos.
Buena banda sonora, buena ambientación y arte, y quizá unas misiones secundarias muy mal planteadas e innecesarias. El juego está en PC, PS5 y Xbox, de hecho está en Game Pass así que si tienes curiosidad y eres capaz de pasar por alto algún fallito técnico y puedes pasar de las secundarias, dale una oportunidad, porque está chulo.