Lo que me parece tremendo, aparte de quitar la tilde ( que no el acento) a una palabra que requiere desambiguación, es que la RAE quisiese determinar que la tilde era o no falta de ortografía según el criterio personal de escritor o lector. Es falta de ortografía o no lo es, pero nunca puede serlo según la opinión personal, eso es una barbaridad; precisamente las reglas se hacen para que no prevalezca el criterio personal de nadie. Era una barbaridad la propuesta, sólo superada por las bombas de racimo, la pizza con piña y el chocolate con menta.