Maximización de beneficios hasta el punto de cabrear a gente. Nada nuevo bajo el sol.
Hace unos años me cabreé bastante con un lugar de hamburguesas muy bueno en Sant Cugat porque era un cliente bastante habitual, del rollo que me conocía bastante incluso por mi nombre, hasta que empezó a irles muy muy bien y solían estar petados. Llamabas para reservar y te decía que solo reservaban a partir de 6-8 personas, que menos o venías el primero y encontrabas sitio o mala suerte.
Luego durante la pandemia cambiaron la política y ahora va todo por reservas. Pero durante un tiempo dejé de ir porque entiendo que ellos querían ganar más, pero era un puto estrés tener que estar a las 20.00 en puto dándote de ostias por pillar mesa, o esperar a que fuera una comida con 3-4 parejas para poder ir allí con reserva.