Llevamos 142 horas metidas en el Rain World y continúa la adicción tal como el primer día. El plan de todos los días es llegar del trabajo, cenar y meterle unas 3 a 4 horas al susodicho. Ahora estamos jugando la campaña de Artificer, que al igual que la de Hunter cambia por completo la jugabilidad y las ecuaciones de poder introduciendo tan solo unos cuatro cambios en el manejo del personaje:
Acá monitoreando la situación, pintaba a que sería cosa fácil sortear a los tres lagartos mientras peleaban entre ellos:
Pero mientras saltaba por encima dos escaparon y el otro me agarró sin problema:
El desafío hecho juego, incluso los Souls se le quedan en pañales en lo que respecta a mantener al jugador en una eterna lucha por salir del fondo de la cadena alimenticia dentro de un mundo hóstil y despiadado.