“… Un escorpión que deseaba atravesar el rio le dijo a una rana:
-llévame a tu espalda
-¿qué te lleve a mi espalda?- contesto la rana- ¡Ni pensarlo¡ Te conozco. Si te llevo a mi espalda me picarás y me matarás.
– No seas estúpida- le dijo entonces el escorpión. ¿No ves que si te pico te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?…
Los dos animales siguieron discutiendo hasta que la rana al fin fue persuadida. La cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró y empezaron la travesía.
Cuando estaban en medio del gran rio, allá donde se crean los remolinos, de repente el escorpión picó a la rana. Esta sintió que el veneno invadía todo su cuerpo y, mientras se ahogaba, y con ella el escorpión, le gritó:
-¿por qué lo has hecho? Es irracional….
-no pude evitarlo- contestó el escorpión antes de desaparecer en las aguas- ES MI NATURALEZA. “